Denisse Sánchez Erosa |
Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 12 / 8 Sep 2010
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Bárbara López León . Argentina Casanova .
Mario Pineda . Adán Echeverria
Dirección: Jorge Manzanilla
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Bárbara López León . Argentina Casanova .
Mario Pineda . Adán Echeverría
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Puedes opinar en el blog http://grietasmx.blogspot.com
Administrado por Israel Caballero.
¿NOS DIVORCIA POR FAVOR?
ADÁN ECHEVERRÍA
Hace no mucho leí: “Mientras todo mundo se quiere divorciar, los
homosexuales andan peleando que los dejen casarse. Solo ellos tienen
esperanza en el matrimonio.” El comentario me causó risa. Todos sabemos
que la búsqueda no es el querer casarse y ya, sino el tener la posibilidad de
hacerlo si se les pega la gana. La búsqueda es detener la discriminación que
tenga como base las preferencias sexuales. En este texto no abordaré las
cuestiones fantásticas del sagrado matrimonio y sandeces de ese tipo. Escribo
con base en vivir en un estado laico (hasta ahora), los misterios eclesiásticos
dejémoslo para quienes quieren escuchar al respecto.
El tema acá es el aumento permanente de los divorcios en la sociedad. Y
no importa si estamos a favor o en contra, por mi parte considero el matrimo-
nio como una figura obsoleta, y, no porque haya estado casado ya en dos
ocasiones, disfrutando lo disfrutable del matrimonio y la convivencia, y
sufriendo lo indecible. Cierto es entonces que no soy quien para hablar o
escribir acerca de un tema que nunca pude comprender, sin embargo lo que
me tocó vivir es sobre lo cual puedo admitir los mil y un errores que me
condujeron al fracaso.
Dejemos igual el sexo aparte. Considero esa parte de la vida, la sexualidad
como búsqueda ideal del placer, una conquista lejana del amor, si creemos
acaso en este figura y la cursilería que implica, pero de la que queremos
irremediablemente ser parte o tener parte. El matrimonio entonces, desde el
punto de vista de lo Civil, no viene a ser mas que un contrato entre dos
individuos que les permite ocupar un sitio en esta fiesta social que el estado
ha puesto o hecho creer como un paradigma.
La seguridad social, los testamentos, las propiedades, y un largo etcétera
nos lo permite la figura del matrimonio. La realidad es que en el juego de las
pasiones, o del amor, del cual ya hemos apuntado su cursilería, el significado
intrínseco es de una total y hasta mortal diferencia. Se trata de una propiedad
intelectual muy difícil de desterrar de nuestros actos. Y entonces, vivimos en
el abismo de los celos, de la pertenencia, del rencor ahí agazapado. Y todo lo
que comienza como una hermosa luna de miel, llena de sueños y deseos, con
el paso de los años viene a transformarse en una lucha por el poder en la
relación
Llévese esta figura a su máxima expresión en la sociedad, el matrimo-
nio entre el pueblo y sus gobernantes. El mundo de ensueño va terminando,
con base en las traiciones, las mentiras de parte de aquel que cree tener el
poder, la sartén por el mango, y la víctima acaban siendo ambos -el país todo
en este caso-, o el más débil, o el que creyó estar enamorado.
En las parejas heterosexuales, en el mayor de los casos la infidelidad es
una de las principales causas del rompimiento, y cómo es que no podemos
reconocer algo como: Sabes, creo que ya no te amo, me doy cuenta que ya no
disfrutamos estar juntos, peleamos demasiado, y creo que me estoy dejando
llevar por una nueva emoción acerca de un chico, una chica, otra persona. Y
el otro debiera asumir: Cierto, igual me está pasando lo mismo.
En vez de eso, nos llenamos de vengancitas, rencores, golpes, injurias,
y acabamos las mas de las veces en los juzgados, en un juego estúpido de
querer negarnos la existencia o el reconocimiento del otro. Ojalá que te pudras.
Tengo otro que es más hombre. Ella es más inteligente que tú. Lárgate y no
vuelvas. Solo ve por tus hijos y olvídate de mi. Le estoy buscando un mejor
padre a los niños. Has sido lo peor que me ha pasado. Frases con un encanto
semejante, cuando años antes, meses antes, todo era un, Me encanta como me
cojes, eres la mejor, la vida contigo parece perfecta. Siempre me ha parecido
de una tristeza suprema el hecho de una pareja que durante años se bebió y
paladeó todos los fluidos sexuales del otro, otra, (con deleite y glotonería)
acaben firmando en un juzgado, cartas poder, para no enfrentarse,
intermediarios para cobrar las pensiones, y policías para evitar llegar a los
golpes. ¿Cuándo perdimos la cordura? ¿Cuando nos permitimos ser tan
imbéciles de faltarnos de esta manera el respeto?
Pero en estas parejas, como en todas las relaciones, para que haya pleito
dos tienen que querer. Yo, por mi parte, soy un franco exponente de no haber
podido cumplir con la figura del matrimonio, humillé, engañé, mentí, lastimé
y claro, alguna vez seguramente sentí que igual quise, y quise muchísimo.
Hoy frente a los espejos de la vida, reconozco que así como se estableció un
contrato para unir la vida, de la misma forma tenemos la posiblidad de acabar
disolviendo el convenio, enfrentar la vida, respetar al otro, y seguir adelante.
Nada pasa mas allá de lo que nosotros permitamos. Las pasiones tienen
que ser contenidas y que la inteligencia nos devuelva la cordura. Yo soy un
convencido, que las parejas gay o lesbianas, tanto como los heterosexuales,
conocen los riesgos y los beneficios. Ahí está el dolor y la felicidad,
cohabitando en busca de mantener el equilibrio. Dejemos de asustarnos. La
vida continúa, el sol saldrá de nuevo, la noche llegará, habrá frío, caerá la
lluvia, y el aire continuará soplando. Hay que llorar lo que se tenga que llorar,
hacer el luto necesario, ser conciente del respeto por el otro, y seguir adelante,
fuera de los rencores y las vengancitas.
homosexuales andan peleando que los dejen casarse. Solo ellos tienen
esperanza en el matrimonio.” El comentario me causó risa. Todos sabemos
que la búsqueda no es el querer casarse y ya, sino el tener la posibilidad de
hacerlo si se les pega la gana. La búsqueda es detener la discriminación que
tenga como base las preferencias sexuales. En este texto no abordaré las
cuestiones fantásticas del sagrado matrimonio y sandeces de ese tipo. Escribo
con base en vivir en un estado laico (hasta ahora), los misterios eclesiásticos
dejémoslo para quienes quieren escuchar al respecto.
El tema acá es el aumento permanente de los divorcios en la sociedad. Y
no importa si estamos a favor o en contra, por mi parte considero el matrimo-
nio como una figura obsoleta, y, no porque haya estado casado ya en dos
ocasiones, disfrutando lo disfrutable del matrimonio y la convivencia, y
sufriendo lo indecible. Cierto es entonces que no soy quien para hablar o
escribir acerca de un tema que nunca pude comprender, sin embargo lo que
me tocó vivir es sobre lo cual puedo admitir los mil y un errores que me
condujeron al fracaso.
Dejemos igual el sexo aparte. Considero esa parte de la vida, la sexualidad
como búsqueda ideal del placer, una conquista lejana del amor, si creemos
acaso en este figura y la cursilería que implica, pero de la que queremos
irremediablemente ser parte o tener parte. El matrimonio entonces, desde el
punto de vista de lo Civil, no viene a ser mas que un contrato entre dos
individuos que les permite ocupar un sitio en esta fiesta social que el estado
ha puesto o hecho creer como un paradigma.
La seguridad social, los testamentos, las propiedades, y un largo etcétera
nos lo permite la figura del matrimonio. La realidad es que en el juego de las
pasiones, o del amor, del cual ya hemos apuntado su cursilería, el significado
intrínseco es de una total y hasta mortal diferencia. Se trata de una propiedad
intelectual muy difícil de desterrar de nuestros actos. Y entonces, vivimos en
el abismo de los celos, de la pertenencia, del rencor ahí agazapado. Y todo lo
que comienza como una hermosa luna de miel, llena de sueños y deseos, con
el paso de los años viene a transformarse en una lucha por el poder en la
relación
Llévese esta figura a su máxima expresión en la sociedad, el matrimo-
nio entre el pueblo y sus gobernantes. El mundo de ensueño va terminando,
con base en las traiciones, las mentiras de parte de aquel que cree tener el
poder, la sartén por el mango, y la víctima acaban siendo ambos -el país todo
en este caso-, o el más débil, o el que creyó estar enamorado.
En las parejas heterosexuales, en el mayor de los casos la infidelidad es
una de las principales causas del rompimiento, y cómo es que no podemos
reconocer algo como: Sabes, creo que ya no te amo, me doy cuenta que ya no
disfrutamos estar juntos, peleamos demasiado, y creo que me estoy dejando
llevar por una nueva emoción acerca de un chico, una chica, otra persona. Y
el otro debiera asumir: Cierto, igual me está pasando lo mismo.
En vez de eso, nos llenamos de vengancitas, rencores, golpes, injurias,
y acabamos las mas de las veces en los juzgados, en un juego estúpido de
querer negarnos la existencia o el reconocimiento del otro. Ojalá que te pudras.
Tengo otro que es más hombre. Ella es más inteligente que tú. Lárgate y no
vuelvas. Solo ve por tus hijos y olvídate de mi. Le estoy buscando un mejor
padre a los niños. Has sido lo peor que me ha pasado. Frases con un encanto
semejante, cuando años antes, meses antes, todo era un, Me encanta como me
cojes, eres la mejor, la vida contigo parece perfecta. Siempre me ha parecido
de una tristeza suprema el hecho de una pareja que durante años se bebió y
paladeó todos los fluidos sexuales del otro, otra, (con deleite y glotonería)
acaben firmando en un juzgado, cartas poder, para no enfrentarse,
intermediarios para cobrar las pensiones, y policías para evitar llegar a los
golpes. ¿Cuándo perdimos la cordura? ¿Cuando nos permitimos ser tan
imbéciles de faltarnos de esta manera el respeto?
Pero en estas parejas, como en todas las relaciones, para que haya pleito
dos tienen que querer. Yo, por mi parte, soy un franco exponente de no haber
podido cumplir con la figura del matrimonio, humillé, engañé, mentí, lastimé
y claro, alguna vez seguramente sentí que igual quise, y quise muchísimo.
Hoy frente a los espejos de la vida, reconozco que así como se estableció un
contrato para unir la vida, de la misma forma tenemos la posiblidad de acabar
disolviendo el convenio, enfrentar la vida, respetar al otro, y seguir adelante.
Nada pasa mas allá de lo que nosotros permitamos. Las pasiones tienen
que ser contenidas y que la inteligencia nos devuelva la cordura. Yo soy un
convencido, que las parejas gay o lesbianas, tanto como los heterosexuales,
conocen los riesgos y los beneficios. Ahí está el dolor y la felicidad,
cohabitando en busca de mantener el equilibrio. Dejemos de asustarnos. La
vida continúa, el sol saldrá de nuevo, la noche llegará, habrá frío, caerá la
lluvia, y el aire continuará soplando. Hay que llorar lo que se tenga que llorar,
hacer el luto necesario, ser conciente del respeto por el otro, y seguir adelante,
fuera de los rencores y las vengancitas.
SÁTIRO QUE CAMINA SOBRE EL HORIZONTE AL CAER LA
TORRE LATINO SOBRE BELLAS ARTES
TORRE LATINO SOBRE BELLAS ARTES
AARÓN FISHBORNE
Todavía no entiendo la gracia solemne de los necios
por ganarse la vida detrás de un escritorio donde el único filo
es la daga de una hoja
el frío blanco que igual es mármol de oficio inservible
Es lenta locomoción esta de escribir la misma historia en ruinas
y erigir otra vez sus viejos edificios
arquitecturas blandengues:
laberintos para resolver en el mantel
de un Sanborns tapiado de estampitas en talavera
por ganarse la vida detrás de un escritorio donde el único filo
es la daga de una hoja
el frío blanco que igual es mármol de oficio inservible
Es lenta locomoción esta de escribir la misma historia en ruinas
y erigir otra vez sus viejos edificios
arquitecturas blandengues:
laberintos para resolver en el mantel
de un Sanborns tapiado de estampitas en talavera
o la siniestra forma de ver las estrellas desde una torre
donde lo único válido es saltar
para llegar al sitio donde clavaron
el cuerpo de Isabel de Moctezuma, sólo para dejar constancia de q
contruirían su palacio, el blanco abismo inmóvil
que retrata la revolución petrificada, rotonda de tinturas
y muertos eternos
no quiero rabia, necesito
sólo un espacio amplio para mi ira,
necesito fuerza para empujar esta aguja cúbica sobre la cúpula
del silencio lustral de una escultura hueca
necesito fuego para llamar esos ojos
con un nombre más cierto
y construir un bosque, una selva incluso de puras palabras
un monumento invisible entramado en la lengua
viva confusión esta babel negra
sumergida en el sueño de los pasos,
en la planta de los pies y sus veinte dedos
piernas que empujan o patean
a la Cónica
al Abismal
sobre blanco, sólo para llenar de sangre su circularidad
sólo para despintarle el amarillo
a sus girasoles binarios
y devolverles su color, su escencia de elipse
por eso necesito más que rabia, limones amarillos
más que espacios amplios, vinagre
más que una casa vacía o una ciudad entera
deshabitada, necesito diez litros de rojo licor de vitriolo
sólo para mi ira
donde lo único válido es saltar
para llegar al sitio donde clavaron
el cuerpo de Isabel de Moctezuma, sólo para dejar constancia de q
contruirían su palacio, el blanco abismo inmóvil
que retrata la revolución petrificada, rotonda de tinturas
y muertos eternos
no quiero rabia, necesito
sólo un espacio amplio para mi ira,
necesito fuerza para empujar esta aguja cúbica sobre la cúpula
del silencio lustral de una escultura hueca
necesito fuego para llamar esos ojos
con un nombre más cierto
y construir un bosque, una selva incluso de puras palabras
un monumento invisible entramado en la lengua
viva confusión esta babel negra
sumergida en el sueño de los pasos,
en la planta de los pies y sus veinte dedos
piernas que empujan o patean
a la Cónica
al Abismal
sobre blanco, sólo para llenar de sangre su circularidad
sólo para despintarle el amarillo
a sus girasoles binarios
y devolverles su color, su escencia de elipse
por eso necesito más que rabia, limones amarillos
más que espacios amplios, vinagre
más que una casa vacía o una ciudad entera
deshabitada, necesito diez litros de rojo licor de vitriolo
sólo para mi ira
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