miércoles, 9 de febrero de 2011

Grietas 43
















Eli Barreiro


Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 40 / 9 Feb 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa . Bárbara
López León . Argentina Casanova . Ileana
Garma . Mario Pineda . Adán Echeverría


Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mx



YA CHOLE CON TOP GEAR

JORGE MANZANILLA

Siguen y siguen dando noticias de este programa Inglés que tanto revuelo causó por unos comentarios aparentemente xenófobos contra México. No hace mucho me acabo de quitar de la mente el caso Kalimba y ahora siguen todos ofendidos con Top Gear. La verdad en su momento no quise hacer comentarios porque francamente prefiero dormir, andar de huevón o mejor aún, prefiero estar sentado viendo un cactus hasta que se mueva por el viento. Sigo sin comprender la ofensa que tanta gente dice sentir.
¿A caso ya se olvidaron de los chistes del gallego? O qué me dicen de aquel chiste de pepito burlando al argentino, o de las comparaciones del chimpancé con algún cubano. Recuerdo también los múltiples chistes que se han hecho sobre los gringos (Yo mismo me sé varios), pero el caso es que "El que se lleva se aguanta". Esto de lo políticamente correcto sólo amaricona el pensamiento y la libertad, siempre se ha hecho burla y sorna de lo que es diferente, algunos retorcidos dicen que es por que se le tiene miedo a lo que es diferente. Hollywood siempre se la pasa burlándose de los ingleses, y no he escuchado que se les exija disculpas públicas. Lo que creo es que las televisoras tratan de generar en la población mexicana una baja autoestima, porque seguro estoy que nadie tomaría en cuenta lo que un cerdo inglés, feo como patada en el culo, diga acerca de los mexicanos. Independientemente de ese "Malestar patriótico" no dejo de pensar que todo este show ha servido de excusa para promover el auto deportivo hecho en México.
Cada vez que entro al Facebook, no dejo de ver mensajes ofendiendo a los conductores ingleses de dicho programa. No hace mucho el conductor del Matutino Express, el imbécil de Esteban Arce se burló de los ingleses y ahí todos aplaudieron, pero ya nadie recuerda cuando este conductor hizo comentarios homofóbicos, diciendo que los homosexuales eran “animales”. Ahí sí todos a señalarlo, a pedir que se le saque del aire.
Es aquí cuando pienso que muchos se dejan llevar por la hormona del momento, casos Lydias Cachos, casos Aristeguis, pero el Facebook es eso, todo mundo a decir y a reclamar, pero a la hora de los catorrazos, de las verdaderas protestas, todos apuntan al de al lado, todos mirando al piso, viendo el cielo, silbando, se van escondiendo poco a poco, alejándose de todo lo que tenga que ver con enfrentarse a la verdad, reclamar en serio, desde la comodidad de un ordenador todos podemos enojarnos y levantar la voz. En fin, creo prudente cerrar el capítulo y fijarnos en realidad quiénes son los verdaderos protagonistas que insultan a nuestro país día a día y nadie hace nada para contrarrestarlos, y esos están acá, se reúnen en el recinto de San Lázaro.

No dejo de pensar que la mira debe ir dirigida para aquellos actores políticos que se burlan del pueblo. Este año han sido de elecciones para algunos estados y todos sienten el entusiasmo de la esperanza de: "Éste es el bueno, éste es mi gallo". La esperanza o desesperanza es lo que nos queda.
Los políticos nos han restregado un dicho en silencio: Vota que te robaré. Con esto han construido una serie de burlas y atracos al país. Pero dejemos ese espíritu quejoso feisbukero que tanto nos alienta y une, y construyamos una resistencia que sólo puede ser ANULANDO VOTOS. Dejemos de llorar por el PRD, PAN, PRI que los tres nos han fallado, mejor hagamos una alternancia social.



TIENES PRISA

ESAÚ CITUK ANDUEZA

Escuchas otra vez el claxon del coche que tu papá hace sonar. Sales de la casa cargando tu bulto con libros y cuadernos de la escuela, todos ellos casi sin usar; haciendo malabares logras cargar también tu bultito de cosméticos que casi iguala en peso a tu mochila.
Te enojas con el tiempo por avanzar rápido sin esperarte. No vas a llegar, dice tu padre, pero no haces caso porque estás concentrada poniéndote polvos y rubores. Sientes que no avanzas porque tu papá está yendo despacio, te desespera no sentir la velocidad. Papá acelera, ordenas a tu padre y no ves el tráfico que hay enfrente que estorba el camino. Tomas tu rímel y con un espejito oscureces tus ojos, tus pestañas, te sacude el giro del auto al dar la vuelta en un entronque y por poco te manchas la cara. Ten cuidado papá, me pude sacar un ojo, reprochas sin percatarte del camionero que se metió como loco en el camino.

- ¡Aprende a manejar, pendejo!- escuchas que gritan y te das cuenta que se lo dicen a tu padre. Te enojas más. Hasta yo lo haría mejor, papá, dices pero no te acuerdas que te llevaste un espejo con un poste y el miedo te entró para siempre y no aprendiste a manejar.
No te voy a poder acercar a la facultad, baja aquí, dice tu padre, el colmo, no has terminado de arreglarte. Bajas porque no te queda de otra y azotas la puerta; mientras avanzas por la banqueta guardas la cucharita conque te volteas las pestañas, en el bulto.
Esquivando gente intentas atravesar la esquina, de pronto escuchas el quemón de llantas y volteas para ver que tu padre no le ganó al rojo, pero sientes en tu cintura un auto que le ganó al verde.



LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ

ELIZABETH CAZESSÚS

Eran las tres de la madrugada. La canaleta del alero de la casa cayó como una viga gigantesca. La escalera de madera retumbó en el suelo como la tumba de Tutankamón. Unas tablas tapa goteras que tenía en el techo exigieron un espacio en la terraza y cayeron encima de la mesa del comedor de jardín. En el patio trasero las tapas de los botes donde guardo agua, volaron como platillos voladores, haciendo señales fosforescentes. Las toallas que estaban en el tendedero se convirtieron en alfombras mágicas. Las primeras florecillas de jazmín que habían brotado se hicieron ceniza. Un balde de plástico se vaciaba en el aire como si lo cogiera el fantasma de Canterbury. Las camisetas que estaban en el cordel del tendedero parecía que celebraban las olimpiadas en Tijuana en tiempos de hambre. Los toldos de los vecinos parecían vallas escoltando la calle, con inscripciones muy oscuras, como si se publicitara sobre cordones de banqueta, el próximo plan de guerra contra el narco, hehco por Felipín, ahora si enojado, en serio.

Toda la noche se escucharon ruidos y pasos, una sinfonía de sonidos me hicieron recordar, no sé por qué, "La cabalgata de las Valkirias" de Wagner. No sabía si eran alucinaciones, pesadilla o mucho sueño, o la película de "Fantasía" de Disney ya se había quedado corta. Adentro de mi estudio las hojas que había dejado al lado del ordenador venían volando hacia mí para que las corrigiera. El dios intergaláctico se abría paso con sus ráfagas ininterrumpidas. En toda la noche no pude dormir. Me la pase esperando y a la defensiva a que llegaran los duendes para descobijarme.

Oía todo y tenía miedo, mucho miedo. Ni loca salir de mi cama, pues la cobija eléctrica no se rajaba. Pero seguí pensando en que había dejado mi auto de bajadita y sin freno puesto. No sabía si en la mañana estaría en el mismo lugar o tendría que ir a buscarlo al basurero o en algún lugar del espacio sideral. El viento era capaz de dejarme sin auto, junto con los toldos, las
tablas, las flores de jazmín, las camisetas, el balde, el comedor y la calma…
¡qué miedo!

Pero como no hay paso que dure, ni trote que canse, amaneció. Lo más sorprendente e increíble que me hizo pelar los ojos, estupefacta. Fue que al día siguiente por la mañana, toda la basura regada en mi calle y en toda la ciudad había desaparecido. No había ni un sólo papel, ni una basurita en las calles. ¡Milagro! ¡Tijuana limpia y sin basura!


DOS TEXTOS

JESÚS DEL CASTILO GARCÍA


-¿Quién es Soledad?

El hombre miraba a Pablo, ya no buscando una respuesta, más bien intrigadopor el color apagado de su rostro. El niño no vio caer la pregunta. Sus ojos fijos y lejanos, estaban en el color de la ropa extraña de quien, más que una persona, se había vuelto una presencia. El color le recordaba la danza, el juego de los Dientes de León. Era un recuerdo grato, una alegría de sus manos cortando el aire, dándole dirección a ese vuelo callado, más fino que el tintineo de las hojas del naranjo, más preciso que el vuelo de las mariposas verde claro que llegaban al jardín, para luego salir volando a quién sabe dónde. Esa embriaguez ya parecía olvidada; intentó reír pero lo llenó algo similar al abandono, más que a la nostalgia. No era un sentimiento de pérdida, era más como el anhelo de recuerdo que nunca tuvo.

-Te hice una pregunta... El hombre insistió, mirándolo como algo ajeno.


He nacido en este gris interminable.
Mis manos, son del color que
nunca se junta con el cielo y que todos los amaneceres siento.
Vivo respirando el aliento del cemento que nunca duerme.
Soy de los que su herencia es una pared que derrama su mirada.
La textura de los amaneceres solo se ve de noche, y las mañanas
parecen tardes enrarecidas, enajenadas.
Tengo nostalgia de no haber sido.
Mi palabra es gris, también es este desierto de gente donde
soy olvido.



Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje.
Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.


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