domingo, 26 de junio de 2011

Grietas 79


Un pasquín del Grupo La Resistencia 2012
Número 79 / 22 Jun 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Argentina Casanova, Ileana Garma .
Mario Pineda . Adán Echeverría,
Joelia Dávila, Jesús Bartolo


Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.
mx





Pablo Castañeda

LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y SU ADOCTRINACIÓN

ADÁN ECHEVERRÍA


No pertenezco a partido alguno y reconozco que todos los partidos políticos mexicanos pretenden el bien común. Sin embargo, necesario es que como ciudadanos de una república de intenciones democráticas podamos darnos cuenta de la necesidad de una gigantesca reforma Política. Esta reforma tiene que partir desde el corazón humano. El país se encuentra dividido en dos grandes bandos, los que militan en partidos políticos y los que no. Los que no militamos no somos ni mejores ni peores que los que sí militan. Cuando más, los que no militamos en partidos políticos tenemos menores oportunidades de obtener puestos en el gobierno o la oportunidad de servir a nuestra nación; aún así, las oportunidades están ahí (dime con quién te llevas y te diré a qué puesto aspiras). Una sociedad conformada por un partido en el gobierno con sus muchos partidos opositores, traza rutas equivocadas del discurso de los políticos. Pondré un claro ejemplo. Felipe Calderón, con la vena brincándole en la calva, enojadísimo, hervía en su discurso del ¡Ya basta!, señalando cosas como: ¡Ya basta de que los partidos de oposición quieran ver tropezar al país! Necesario es que sumemos esfuerzos.

No, señor presidente, la sociedad no está conformada por los militantes de SU partido y militantes de Partidos contrarios al SUYO. Muchos pedimos que el Ejército se repliegue, y no somos militantes de ningún partido. El problema radica, en que líderes de otros partidos opositores, suman sus presupuestos para hacer “bola” en las protestas. Necesario es que quienes formamos parte del gran número de ciudadanos que NO creemos en los partidos políticos, le digamos al presidente. Hey, señor, no soy de ningún partido político. La cuestión es que difícilmente se nos dará crédito, porque la prensa y los demás medios de comunicación, viven con ese mismo esquema cuadrado en la mente. Creen que toda protesta es únicamente de partidos de oposición.

Lo diré claramente: SOY OPOSICIÓN DE TODO PARTIDO POLÍTICO. Siempre seré oposición de todo gobierno. Me explico. A los gobiernos, señores, se les exige, no se les aplaude. No se les puede celebrar porque cumplan con su obligación. A lo mucho, puede reconocerse que cumplieron cuando lo hacen, pero no celebrar la gran fiesta periodística. Pero no puede dejar de señalárseles cuando no lo hagan, sin las tejeduras de leyes mordazas de NO me digan más. Nunca nadie debe atentar contra la libertad de expresión. Comienza a permitirse, hay que tener cuidado. Alguien me ha dicho con mucha alegría: “entonces estás formando tu propio partido político”. NO. Por qué les es tan difícil pensar en que uno no tenga que tener un partido político. La vida está hecha de acuerdos sociales. Vivimos en un Contrato Social. Debería bastarnos.

Toda lucha, todo pensamiento tiene que llevar al debate de ideas, y uno seguirá las que crea necesarias y no las que se le impongan para formar parte de la grey. En los debates nadie gana y ganan todos. La discusión de ideas, al enfrentar los puntos de vista, hace ganadores a los que quieren tomar ciertas cosas para alimentar sus propios idearios, y desechar las que no sean de su agrado. El pensamiento es unipersonal y egoísta. Tiene que serlo. Uno no puede cambiar la sociedad si no cambie uno primero. Usa el sistema, es mi lema. Y luego de usarlo a tu favor, reniega de él, hasta que todos renieguen de él, y la naturaleza humana, brindará, a partir de la reflexión y el debate, nuevos sistemas a los que adaptarse. Hacemos mal en no querer cambiar el estado de las cosas. Tiempo es ya de abandonar la militancia partidista que tanto daño ha causado a este país.

Los partidos políticos mexicanos, han hecho uso del sincretismo religioso, lo han emulado. Ser parte de un partido político es formar parte de una moral, ser sectario, ser parte de una logia; si te unes tendrás favores ganados, te quitan las piedras del camino, si no te unes, sufre las consecuencias de tu desidia. Si eres del PAN, se te exige, en el imaginario colectivo, que tienes que ser de derecha, tienes que ser católico. Si un panista difiere de la iglesia, o de la moral preestablecida en este arquetipo, entonces es un hipócrita. Panistas, católicos, dice la gente. Si eres del PRI tienes a fuerza que ser contrario al catolicismo, pero no de forma extendida, tu fanatismo va desde la tolerancia a la intemperancia. Los años como partido oficial han trazado sus rutas en el pensamiento. Si eres priísta, lo mereces todo. El perdón de los católicos, el respeto de los comunistas y de los rojos, de esos que no sean anarquistas, ni rijosos, es decir, aquellos que no son extremistas, medio rojos. Rosa mexicano son los priístas. Si tus ideales como político vienen cargadas de rojo, rojísimo, con el tatuaje de la hoz y el martillo en el pensamiento, entonces no te queda más remedio que pertenecer al PRD, al PT, a Convergencia, entonces, seguro que tienes que ser lector del marxismo, el trotskismo, y seguro eres ateo. Acaso si eres científico tienes que estar pegado a estos partidos de izquierda.

Nueva Alianza y el Verde Ecologista se refundan a conveniencia. No hay ideología. Pero sí, y claro, moda, todo pensamiento de la moda social, permea en estos dos partidos. He escuchado a los del Verde decir, nosotros gobernamos México, fuimos parte de la alianza cuando ganó Fox, entonces estuvimos en el poder, sabemos qué es gobernar un país, y ¿en verdad creen ellos que alguien les cree? Estos dos partidos se aliarán con el que puedan. Con las cosas definidas de este modo es fácil trazar alianzas. Fácil tranzar acuerdos. Todo el resto de la sociedad no tiene cabida en la política. Señores, soy católico, futbolista, ajedrecista, escritor, mesero, biólogo, me gusta leer poemas, practicante de yoga, detesto las verduras, me gustan las corridas de toros, y soy un asiduo lector de Condorito. ¿No tengo cabida entonces en ningún partido? Claro que la tengo, en cualquiera, como todos los ciudadanos.

Ya

pasan a la casa para que te afilies, como lo hacen algunas sectas religiosas. Detesto que en México se hable de una educación laica, que tiene períodos vacacionales en Semana Santa y por Navidad (nacimiento de un tal Cristo). Es una educación laica que regresa a la escuela después del Día de los Santos Reyes. Absurdo que hemos permitido. No podemos desafiar a la iglesia. Si están adoctrinados con las religiones, es fácil adoctrinarlos para formar parte del partido.

Los partidos políticos se han sincretizado con las ideas religiosas de "jalar" adeptos, requiere de conversos, necesita oradores morales, líderes espirituales, mártires (la muerte de Colosio, la muerte de Cloutier, de Aguilar Zínser, la persecución mediática de Godoy Toscano). Los militantes partidistas van de su templo a las oficinas del partido, se arrodillan ante la biblia y ante la propaganda partidista, se hacen efigies de sus santos, de sus candidatos. Suelen tener incluso tendencias generacionales de procreación de sus ideas: Los panistas se casan con panistas. Los priístas se casan con priístas. O se tranzan alianzas monárquicas que impliquen paz entre sus reynos. La hija de renombrado panista con el hijo de renombrado priísta. Los militantes panistas tienen en su santoral a líderes, fundadores e ideólogos. Gómez Morín es algo así como el padre de la Secta panista. El cruzado que defendió y asentó las bases de la religión panista. Tata Cárdenas fue el último gran héroe, al que se busca emular por haber tenido tantos creyentes. La militancia panista tiene sus códigos de honor. Puedes ser excomulgado si no cumples con los preceptos de la secta. Pero eso sí, todos los partidos, y tomados de las manos, corren presurosos (como los pastores) a la fiesta por el cumpleaños de tal o cual obispo de tal o cual iglesia. Hay que ser libre para poder darse cuenta. Para hablar de algo hay que mirar el fondo del asunto. El respeto, mis señores, nace del miedo, del temor. Si se de lo que es capaz el otro, me abstengo de chingarlo. Yo no le creo a los partidos políticos.


Sus idearios están muertos. Dios ha muerto, para liberar al hombre. La democracia ha muerto,

refundemos México, seamos libres del adoctrinamiento partidista. Necesario es abandonar la militancia. No participar en sus juegos electorales. No participar en el Teatro de la Democracia Mexicana. Abandonemos estos rituales de una buena vez y para siempre. Soy un franco convencido de la necesidad de Anular el Voto. Es una decisión personal, no una masificación de ideas. Anula quien se convence de una libertad única que implica el rotundo: Ningún candidato merece mi voto. Cuando se llega a ese concepto, es cuando se es libre de todo adoctrinamiento partidista.

La democracia ha muerto en México



EL MILITANTE


HÉCTOR CETINA MORALES



Pedro PRIeto parecía ser un buen militante desde que fue nominado por el big brother, es decir por el Sr. de los Cielos, como socio águila No. 666.En su pecho siempre llevó al equipo tricolor pues, según él, tenían mucho corazón. En la cancha lo demostró, le puso nombre al innombrable, hizo caso a las enseñanzas de la maestra Elba, llenándose de sabiduría hasta el Gordillo, hizo la Roque señal al Enemigo Público No. 1, tapó el sol azteca con un dedo, grito que el verde no es vida y que el planeta definitivamente no es azul tan dulce como el PAN. Pero Pedro PRIeto jamás pensó que al irse a la capital conocería los pecados capitales en carne propia, se volvió glotón, comió paleta payaso y se indigestó, le cantaron "eres golosa, golosa" mientras le crecía un amor insaciable e impensable por la panadería de Tía Rosa. Sin pensarlo había llegado al país de Nunca Jamás, se había vuelto Peter PAN.

Era como un Fox, había mudado de piel, solo pensaba en el “hoy, hoy, hoy” sin mañanas; tomó su peptobismol, masticó melox y por el arte de la guerra dejo de tener problemas FeCales. Se dejó crecer la barba blanca como un gran Jefe Diego y fue fiel al evangelio de Lucas Gavilán; el planeta

definitivamente sí le era azul y su PAN favorito eran las chilindrinas, a pesar de que estuvieran hechas de harina de otro costal y le causaran desesperación y alucines; tantos que tenía que gritar

en la oscuridad: ya cállense, cállense que me desesperan, mientras los acusaba con su mamá y se azotaba contra la Paredes. En un día feliz, Peter PAN volando sobre el azul del cielito lindo quedó deslumbrado. Fue culpa del Sol, sufrió insolación y empezó a ver todo amarillo, a escupir bilis, a obrar mal, y como todo mundo sabe, el que obra mal se vuelve Obradorista. Fue un cambio brusco.

Se le picaron las Encinas, le cayó la maldición de Moctezuma que sólo pudo expropiar con la poción mágica del Cuauhtémoc, sin importarle que tuviera los efectos segundarios de no poder sonreír y la provocación de calenturas por la silla presidencial. Peter Pan de pronto aceptó su condición, era la ficha amarilla y empezó a creerse el Emperador del Sol naciente. Se volvió tan pesado que empezó a irse de lado entre serpientes y escaleras, siempre por el camino amarillo de la izquierda, solo en compañía de su carnal Marcelo, pero la envidia y el hambre de poder lo opacó; se puso poco a poco naranja naranja hasta que fue muerto a traición. Le dieron el tiro de gracia por el escuadrón del I.F.E. mientras su osamenta era exiliada a una isla ecologista para que pudiera ser enterrada.

Los tiempos electorales pasaron, el Militante parecía en la Cruz de Olvido. Nadie se acordaba de él en las boletas, nadie pedía voto por voto en su urna, hasta que la Paca tuvo una ilusión óptica, lo invocó para la campaña de los tucanes, lo hizo bailar el tucanazo. De pronto era el momento del regreso del muerto viviente, el momento del despertar del Diablo, venía con más fuerza que nunca, de nuevo estaba en campaña, sólo que ahora tenía la pinta de un niño verde, como si hubiese sido exorcizado en un rito para el 2012. A pesar de todo El Militante siempre mantuvo la cara en alto, la cara de burócrata. Una vez sentado en su curul, por un instante se sintió presunto culpable, pero al final nada cambió, en su mente sólo pensaba en sus alianzas y en ser Presidente, aunque sea de “chente tuz” y sin importarle que después cargara con el mote de espurio...



Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje. Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.


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