miércoles, 13 de julio de 2011

Grietas 82



Un pasquín del Grupo La Resistencia 2012
Número 81 / 6 Jul 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Argentina Casanova, Ileana Garma .
Mario Pineda . Adán Echeverría,
Joelia Dávila, Jesús Bartolo


Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.
mx




Felipe Gaytán


LOS MEDIOCRES PACIFISTAS

ADÁN ECHEVERRÍA


Justo cuando una manifestación comienza a ponerse interesante, todo mundo corre a acusar con su mamá. Me recuerdan a los niños de secundaria, que se peinan para atrás, se calzan los tenis, bien amarrados, se quitan la camiseta del uniforme (no sea que descubran que son de tal escuela, sin importar el color de su pantalón, o todos los demás chamacos alrededor arengándolos), se miran fieros unos a otros, y con el primer golpe llega el prefecto, y todo el que agarren a la dirección.


Es entonces cuando comienzan: él empezó, dijo que parezco nena; él me dijo que mi novia es una zorra; insultó a mi mamá; él fue; ese partido empezó, la gobernadora nos mandó a golpear, fue la alcaldesa, con eso de que se parece al guasón con su boquita, hasta nos mandó a los “trompos”, nos mando a los de la “3C”; si se ve que es sureñita; y en seguida unos acusando a los otros.


No entienden, mis hermanos lectores, que la manifestación por la construcción del “distribuidor vial” de la glorieta de circuito colonias, mal llamada de la paz por la actual administración municipal, era una manifestación “de paz(guatos)”, llena de bondad, de amor, ese amor y esperanza que persigue siempre la Verdad, desde los bastiones panistas, representados en el lugar de los hechos nada menos que por un hombre todo amor y sensibilidad como Patricio Patrón Laviada, aquel que una vez fuera gobernador de Yucatán, y qué hizo… mmm, no lo recuerdo, pero seguro que algo bueno habrá hecho por el pueblo, porque sigue teniendo miles de adeptos y seguidores, y si no hubiera hecho algo bueno en su gestión, segurísimo que ya lo hubieran abandonado.


Temprano había llegado Patricio con su túnica blanca, saliendo apenas de su meditación en sus jardines, para ocupar su lugar como punto de encuentro para el amor que emana de su mirada. A su lado estaba otra prócer del amor y la concordia como Beatriz Zavala, tan llena de cariño siempre, tan dispuesta todo el tiempo a sonreír, a brindar con bendiciones a la gente que la rodea. Y ese círculo de paz y amor, de estos ciudadanos ejemplares, había reunido a su alrededor, a ciudadanos libres, jamás afiliados a ningún partido, para depositar sus parabienes de amor, voluntad y concordia en pro de una ciudad llena de esperanza y paz: la mejor ciudad de México, alguna vez la llamaron.


Y ese círculo de amor y paz, como acto espontáneo de la ciudadanía, se vio interrumpido por los agentes demoniacos. Llegaron esos bárbaros de la ola roja; cual rojo es el infierno en donde habrán de arder, y de donde sacan su voz, que rasga calles, rasga las campanas de la catedral y todo lo contamina con su pestilente tufo a estiércoles y azufre, esos enviados de satanás que ocupan hoy la gobernatura y el palacio municipal.


Llegaron quién sabe de donde, llegaron a golpear, a morder a los niños, abofetear a esos ciudadanos que se quedaban calladitos, recibiendo los golpes, los tubazos, los arañazos; esos hijos de la serpiente que son los priístas en el poder, cegados por la locura, vinieron, sin razón, a atacar a unos indefensos manifestantes ciudadanos libres, aunque a algunos al rasgárseles la ropa se les veía la piel azul, azulísima de las equivocaciones.


A nadie importó que a un trabajador se le golpeara, a nadie importó que una mujer –cuentan los herejes- se burlara y arengara a los del ayuntamiento. Lo importante es que esos hijos del demonio que gobiernan, que no tienen amor por los pobres, esos que solo quieren afear la ciudad; esos priístas (gritan los del pan), no no, esos panistas (gritan los del pri) y los ciudadanos de a pie, esos que no militan en ningún partido por herejes, bueno, esos no pueden opinar porque no tienen amor, no tienen calidad moral, solo son unos estúpidos inconformes sociales.

Los albañiles pasan junto a los golpeados y los golpeadores y compran su periódico para leer cómo le fue a la selección en la Copa América, porque mis queridos lectores, todo es un juego únicamente entre partidos políticos, a los que se dedican a trabajar para sacar adelante a sus familias poco les importa, como no les importó sus diatribas contra el Monumento a Los Montejo (no al trío). Los ciudadanos son los últimos que importan, son los que usarán el distribuidor vial, son los que irán al concierto gratuito de Shakira.


Pero nadie, nadie habla de que este despilfarro de dinero en un distribuidor vial tan innecesario, como todo lo moderno, servirá de tapadera para el dinero excesivo que se gastará en el concierto de Shakira. Por ahí existen unos tipos que se dicen panistas en el congreso, para mala cosa sirven, por ahí hay algún regidor en la comuna, que se agacha ante lo azul, para poca cosa sirve, por ahí hubo un gobernador panista hace unos ayeres, para poca cosa sirvió dejando regresar a ese monstruo rojo llamado PRI. Y los mediocres pacifistas, que un día protestan contra las corridas de toros, otro día contra el Monumento a los Montejo, al día siguiente se visten de Morenazos, y al siguiente van a la mal llamada Glorieta de la Paz, se rasgan las vestiduras: no nos golpeen, no nos golpeen, y mandan besos y más besos a aquellos demonios que los ultrajan. Su adrenalina necesitará para poder sobrevivir el día. Habrá que inventar un grupo de doce pasos para todos aquellos Manifestantes Anónimos, que para poca cosa han servido en Mérida.



ALOJADA ENTRE MUELAS


ADRIANA VENTURA


I

La luz agoniza,

se mete en la madriguera del cielo,

cansada en un canasto,

triste miré la muerte de otro día.


II

Escarcha de aire,

sollozos de luces,

detonaba a su presa,

en el mismo canasto,

con cubiertos,

el comensal.


III

¿Qué par de ojos contiene la espera,

la sinuosa esencia del desequilibrio?

No sé decir

me atrae de un árbol su frágil hoja.


IV

Los espantos, eran una bola ruin.

Alojada entre muelas,

una mañana terca

-no era hora de que amaneciera-

A bahía, la acompaña un fantasma desequilibrado.


V

La memoria de las calles es intransitable,

en el pavimento, pasos acompañados de otras suelas.

No puede haber transformación,

puedo perderme en la cama que invade tu cuerpo,

-extraño almacén de sangre y huesos del

que no soy más que ausencia.



TECOLUTLA


JAVIER MORO HERNÁNDEZ


El océano hablando en un murmullo,

En un susurro.

Las olas golpeando el silencio,

Tu cabello acariciado por el viento.

Tu cuerpo recortado por el mar.

Recuerdo tus pasos sobre la arena.

Tus labios sobre mi piel.



Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje. Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario