miércoles, 11 de agosto de 2010

Grietas 07

Jugadores de ping pong/Denisse Sanchez Erosa


Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 7 / 11 Ago 2010
Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mx
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Bárbara López León . Argentina Casanova .
Mario Pineda . Adán Echeverría


Descarga el pasquín en PDF:

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Puedes opinar en el blog http://grietasmx.blogspot.com
Administrado por Israel Caballero.

NO ERA MI MUERTE.
YOHANNA JARAMILLO



Sí, como siempre empiezan las historias "Ya nos íbamos". Y sí, así empezó
esto.
Nueve con veinte de la noche, lugar Zacazonapan (El Zacas). Pelea en
la barra, me extraña, porque en ese lugar no había visto peleas. Me llama la
atención y observo la riña, tratan de sujetar a alguien, ponen su rostro sobre la
barra y en eso, uno de ellos, el de sudadera color naranja trae un arma, rápido
volteo a mirar a mis amigas y digo: el tipo trae un arma, no manches, hay que
irnos.
Momento siguiente se llevan a un hombre (El hijo de Panchito). Las
personas saben que se han llevado al hijo del dueño; yo digo fuga, mis amigas
dicen ya pasó, una cerveza y nos vamos, a lo que accedo como jamás. No
pasaron ni cuatro minutos cuando otra vez los tipos bajan y gritan: "Nadie se
mueva, quédense en sus lugares y saquen la mota cabrones" "Si alguien trae
Mota vayan sacándola" "Uno a uno irá pasando allá atrás con su credencial
en mano". Puta dije no traigo ID, ya valí gorro.
En eso, traen al hijo de Pancho, lo sientan en la escaleras, tiene la camisa
blanca sobre su rostro, a la altura de su nariz y ojos esta toda llena de sangre,
sientan al otro mesero tras él. Fue ahí cuando no entendía que estaba pasando.
Por qué nos ponían al tipo ahí para verlo, por qué llegaron vestidos de civiles,
por qué no se identificaron.
En la mesa de enfrente un muchacho sólo, empieza a cantar "Todo se
derrumbó, dentro de mí, dentro de mí." A lo que las personas le siguen en
coro. En eso el que nos cuidaba del lado izquierdo sale con unas batacas y las
golpea contra el muro de en medio del bar y los calla. Yo pensé que nos iba a
cargar la chingada, me miraba siendo noticia de jóvenes muertos por comando
armado en un bar de la Zona Centro de la Ciudad, vinculándonos seguro con
el Narco.
Empecé a temblar, la gente de mi mesa a desesperarse, una compañera
quería ir al baño. Empezaron los cantos de nuevo, el hijo de Panchito ahí
sentado sangrando con sus ojos cubiertos y con un guardia que tenía una
gorra coach pirata.
Y en eso los gritos de una mujer histérica, preguntando por qué le están
haciendo eso a su hijo. Los gritos se escuchan más fuertes, ya se escuchan
sirenas afuera y en eso volteo el rostro hacia la poeta Mavi Robles-Castillo
y le comento: No te preocupes, así no nos vamos a morir. Ésta no es mi
muerte.
Me inquietaba mucho que la gente esta se pusiera nerviosa y empezaran
los disparos.
En eso una voz:"Salgan todos ya". "Rápido". Nos salimos en seguida.
Muchas patrullas, la gente corría. Yo no entendí jamás qué pasó. Ni qué
derecho existe para privar a alguien así de su libertad.
La imagen del muchacho sentado no se borra ni de mi mente, ni de esta
página.
Pero tampoco me sembraron el terror que pensaron darnos la noche de
ayer.
Tijuana es nuestra





ZURDO
DALÍ CORONA.
(FRAGMENTO)


Y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo
Para poder rogarle que me diera todo el dolor
Que les tenía reservado.

Eduardo Galeano




Viejo e inacabable es el dolor que me transita
y me derrumba
como un golpe militar bien orquestado.
Magro dolor que se agolpa cuando cruje
cielo envuelto en gotas
de sangre, de polvo;
Viejo e inacabable es mi grito;
coagular de miedo, viento gris,
en veredas, en hospitales y comercios, en casas;
incendiario viento.
Mansamente vivo, viejo e inacabable, zurdo.
Repito: viejo e inacabable es el dolor que me transita,
que me puebla, que me exprime
más durazno que cereza, más torcaza que gorrión,
más dolor que furia.
Ráfagas biliares de mi amor que poco a poco muere


II


Ésta mano, Soledad, tiene el tacto de un león embravecido,
la sangre de un reptil;
mares de culebras que acercan tempestades.
Soledad: debió ser la madrugada la que quiso
incrementar mi llanto hasta perderte, debió ser la voz del moribundo,
la dolencia del ahogado, debió ser el cuerpo inexistente del delito.
Traigo el corazón bien puesto
todo hecho manglar gramo por gramo.
Traigo también mi voz de acero, la guadaña;
mi mano izquierda hecha tridente.


III


Tocan a la puerta, mujer…
Es hora de los allanamientos.
Juan Bañuelos
Tortura
¿Quién de aquí
toca la voz simulando un alarido,
quién oscuro deletrea la carne con cuchillos,
quién ya no respira?
Silencio: roto el cristal con tanta luz
alguien con las uñas intenta tocar un viento gris
azotando sal en mi ventana,
alguien tira dientes, huesos, brazos rotos
a mitad de la avenida, Silencio palpitando
palpitando, palpitando.
¿Quién de aquí se apresta a disolverse,
quién ahoga su grito en pura sangre, en pura angustia,
quién de aquí lo ignora?
Tocan a la puerta, mujer…
Es hora de los allanamientos,
de sacar los ojos, de perder las uñas,
de mirar solamente con las yemas.
Es hora ya de asistir a la tortura,
y congelar el grito.


IV

Alguien toca el dolor como si tocara un violín
Ulises Córdova



Me he olvidado de mi nombre; la sangre que gotea de este verso
recuerda el extravío.
Aquí yace la sombra de mi vena
una mínima fracción dejada a la intemperie;
el llanto de la voz, la caricia postergada, Sombra
y nada más que sombra.
"Alguien toca el Dolor como si tocara un violín"
lo desmedusa, lo corroe. Sangre iluminando,
sangre regada en todas partes.
Algo cruje, roe
mar hecho de lava, mar hecho de polvo;
cementerio cicatriz que abre y no coagula
que quiebra el sonido
y me revienta.
Aquí yace la voz y la mirada; lo que muerde,
mi nombre ardiendo en tanta lluvia, en gaviota.
Aquí vuelvo a decir que soy izquierdo,
zurdo de voz y de quejido; como un hilo de acero del que pende
el llanto ya difunto.



Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje.
Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.

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