miércoles, 24 de noviembre de 2010

Grietas 24

Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 23 / 17 Nov 2010
En la edición: Denisse Sánchez
Erosa . Bárbaragrietas
López León . Argentina Casanova . Ileana
Garma . Mario Pineda . Adán Echeverría


Dirección: Jorge Manzanilla

palabrasgrietas@yahoo.com.mx









YO CIUDADANO
GUSTAVOMARTÍNEZ CASTELLANOS

 

El programa Juicios que realiza RTG presentó este martes el tema "Política cultural" y con ello hizo una revelación: en una hora, el panel conformado por cuatro periodistas, dio cuenta de la forma en cómo la mayor parte de los comunicadores y de los acapulqueños ven a la Cultura: como otro evento turístico al que "hay que aplicarle más presupuesto para que atraiga más visitantes y en cuya conformación no debe invitarse a los artistas ni a los pensadores porque son personas difíciles".

No los culpo, si algo está mal en Acapulco es la dirección y usos que se ha dado al pensamiento que, desde hace más de setenta años, ha sido canalizado sin descanso por el gobierno a la promoción turística. Esos cuatro comunicadores sólo obedecían a ese condicionamiento mental. Así, definieron a la Cultura como una respuesta al medio ambiente (como si aún viviéramos en las cavernas y no estuviera conceptualizado el mundo). Acordaron que la cultura "es un hecho vivo" y la desligaron del quehacer humano. Después rechazaron que El Costeño y Tico Mendoza sean la imagen de la costeñidad pero luego redefinieron la Cultura a través de un recuento de nuestras gastronomía y artesanías. A partir de eso ya no pudieron detenerse: uno de ellos dijo que CONACULTA fue el primer intento de sistematizar la cultura en México y otro replicó que no, que fue con Vasconcelos con quien "se empezó a fundamentar la cultura" porque "se dieron las Sinfonías de Silvestre Revueltas (¡!), la literatura de Yáñez y Mariano Azuela  (¡!) y la erección del INBA y de la danza y la pintura mexicanas". De hecho, este conspicuo periodista señaló varias veces que el festival La Nao de Acapulco había sido "excelente" y olvidó que minutos antes había reconocido que "los festivales no suplen el desarrollo cultural". Fue más allá: burocratizar su definición de cultura pues insistió en que se debía erigir una Secretaría de Cultura, proyecto priísta que una ecléctica poetisa presentó a Ruth Zavaleta para candidatearla como su primera secretaria cuando ésta se adhirió a la campaña de Añorve en caso de no quedar como titular de SEDESO. Con ello, ese comunicador dejó establecido para quién trabaja. Sus compañeros de panel, sin percatarse de su servidumbre, "armaron" una "política cultural estatal" englobada en cuatro hitos: La cultura es para atraer turismo -nada más. Deben hacerse más festivales. Debe ampliarse el presupuesto. Y debe escindirse de ese ejercicio a los artistas y analistas culturales. Dentro de esa visión, hacer cultura significa: hacer una escultura a Tarzán, recopilar todas las películas de Tin Tán, hacer un acuario como el que hay en Veracruz -"ciudad a la que no le llegamos ni a los talones" (sic)- y erigir un observatorio. Nada más. Ni nada menos. En el ínterin trataron los temas del mecenazgo ("la burguesía local debe pasar de la etapa cevichera"); el papel del estado en la promoción cultural (insulso); la cultura debe tematizarse con referencia al mar: festivales, danzas, poemas, barcos hundidos (sic); y "que se copie el Cervantino pero que desaparezcan las Jornadas Alarconianas y los Fandangos porque van muchos borrachos". Después de la segunda pausa ya no se sabía si estaban hablando de cultura, de turismo, o de los sueños particulares de cada expositor, pues en la verbalización de sus arrebatadas fantasías todos exponían a grito herido sus posturas como si con sus decibeles pudieran concretizar algo que no fuera el erigirse en el reflejo fiel de nuestro pobre nivel cultural.

Tal vez para cualquier acapulqueño (guerrerense o mexicano) los castillos en el aire que erigieron estos cuatro comunicadores en ese programa sean lo correcto: "Disneylandia en Acapulco" con cargo al presupuesto de cultura; porque hasta este momento el Estado en Guerrero no ha fomentado la Cultura a través del pensamiento y sus usos.

Así, vemos que no sabemos quiénes somos porque no poseemos conocimiento de nuestras raíces con qué contrastar nuestra contemporaneidad.

Ese problema se resolvería fomentando la investigación y el análisis histórico, antropológico, sociológico, lingüístico, geográfico y politológico, pero hasta ahora nada de eso se nos ha dado.

Sólo por citar un ejemplo, el discurso que "celebra" la erección de nuestro estado privilegia la generación espontánea de una idea fundacional, en impersonal: "El 14 de mayo de 1847 se presentó ante el Congreso un proyecto que señalaba: 'Se erige un nuevo Estado con el nombre de Guerrero'", como dice la página web del gobierno del estado; y, toda referencia elude mencionar que la primera propuesta fue la Provincia de Tecpan por Morelos; la segunda fue la del general Guerrero que pidió al emperador Iturbide la creación del Departamento del Sur para que él lo gobernara y, después, las gestiones de Álvarez y Bravo. Además, nadie repara en el hecho de que el nacimiento de este estado se dio a partir de la aceptación de las periferias de tres entidades,la conjunción anárquica de más de diez expresiones culturales y doce lenguas distintas, distribuidas en una geografía imposible cauterizada por serranías y hondonadas, carente de institutos de educación media y superior; sin industria ni empresa, con magras agricultura y ganadería y un solo camino colonial que desapareció al cierre del comercio con Oriente. Todo bajo una visión medieval. La locura. ¿Cómo no hemos observado que ese inicio fue el inicio
de todos nuestros rezagos?

Ese programa de Juicios nos dijo cómo; en él nunca se escucharon las palabras filosofía, investigación, análisis, biblioteca, ciencia, tecnología, lengua, religión, contraste espiritualidad, y pensamiento (que engloba a casi todas), y que, entre otras, a pesar de los panelistas, denotan en gran medida la materia prima de toda expresión cultural que erige un pueblo como su forma de ser y de alcanzar los objetivos que se ha trazado.

Sin embargo, refulgieron "turismo", "folclor", "mar", "gastronomía". Hedonismo. El Estado ha jugado un papel importante en esta visión; pero también nosotros, porque no hemos exigido parámetros y herramientas de ejercicio intelectual que las sustituyan. 

Vista así, la postura del panel de ese programa debe tomarse como todo lo que hay que evitar. Debemos privilegiar al pensamiento, la técnica, la investigación, el análisis. Debemos pugnar por espacios de reflexión que indaguen quiénes somos y hacia dónde vamos. Reitero: debemos pensar Guerrero e intentar respondernos todas nuestras preguntas ontológicas. Nuestros rezagos nacen de la depauperada forma que tenemos de concebir nuestro entorno. Paradójicamente, en él, El Costeño y Tico Mendoza, hoy por hoy, sí nos representan: pícaros telúricos ahítos de giros dialectales que, a su manera, emiten su cultura. ¿Por qué no erigir otro tipo de costeño y de guerrerense con todo ese ingenio?







EL PECADO DE DIOS
ALMA ROSA TAPIA GONZÁLEZ



El pecado de dios es mantenerse impasible
ante la existencia de las vivas
                       desgracias en terráqueas tinieblas.

El pecado de dios es haber creado una
tierra uterina que parió a las razas
                                                    siniestras.

El pecado de dios es abandonar en
                                    Ciudad Juárez a niños
y niñas sin madres,
                           mordiendo ratas de coladera.

El pecado de dios es dejar a incontables
sirenas asfixiadas en pantanosas tempestades.

El pecado de dios es dejar que un bárbaro con bisturí
y sus negras manos, haga un deshonesto trasplante.

El pecado de dios es no existir en los
              rezos que implora una madre




Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje.
Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.

¡A los gobiernos no se les aplaude, se les exige!

 

Blog administrado por:

Israel Caballero

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