martes, 1 de febrero de 2011

Grietas 37


Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 37 / 26 Ene 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Bárbara López León . Argentina Casanova .
Ileana Garma . Mario Pineda . Adán Echeverría

Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mx


YO NO VOY A LA GUERRA

ADOLFO FERNÁNDEZ GÁRATE

La semana pasada recibimos en mi oficina dos llamadas amenazantes. En ambas exigían que se abriera la puerta de la entrada porque había gente armada afuera, en los dos casos colgamos, nadie forzó la puerta a punta de pistola, pero el miedo invadió cada rincón de nuestro centro de trabajo.
El lunes de esta semana, mi hijo de quince años recibió la típica llamada de alguien que retende hacerse pasar por el primo ese que tanto queremos, para pedirnos que le enviemos dinero porque lo necesita con urgencia. Mi hijo colgó, recordando los consejos que le hemos dado si algún día recibía una llamada de ese tipo.

Las enseñanzas a mi hijo y los consejos entre los compañeros de trabajo funcionaron, nos asustamos mucho, pero resultamos vencedores en estos delirantes encuentros con ese mal tan temido.

¿Y ahora qué sigue? ¿Qué deben aprender a partir de hoy mis hijos? ¿A manejar un arma? ¿Deben correr los cien metros abajo de los 10 segundos para alejarse a tiempo del peligro? ¿Qué les debo enseñar? ¿Cómo cuidarlos si estoy en otra ciudad, como ocurrió en esta ocasión? ¿Qué les digo para reconfortarlos, para que el miedo no se cuele por las líneas de teléfono e invada nuestras vidas?

¡Denuncien! Dicen las autoridades. ¡Súmense a la guerra presentando sus denuncias! Claro, en mis identificadores de llamadas ambas amenazas se registraron como "Número Privado", tal y como se registran en Telmex y en Telcel las llamadas provenientes de otras empresas telefónicas, por ejemplo Nextel, me consta.

¿Cómo denuncio entonces? ¿A quién? Y si este detalle técnico no lo saben las autoridades que planearon esta medida, deberían renunciar, por ignorantes, por incapaces, por proponer medidas como el registro de celulares, sin obligar a las empresas proveedoras de los servicios a que identifiquen plenamente a los generadores de cada llamada, sin importar la empresa que las genere o las reciba. Eso sí, en el proceso de registro de celulares se generaron millones de mensajes que terminamos pagando cada uno de nosotros, no ellos.

El complejo problema de la delincuencia es absolutamente incomprendido por nuestros gobernantes. Las raíces históricas de impunidad, corrupción, falta de oportunidades, que han propiciado la situación que vivimos, son ignoradas por los incultos políticos que terminan diciendo, por ejemplo, que los michoacanos masacrados en Acapulco no cumplían con el
perfil de turistas.

Somos más los buenos, dicen desde el Presidente hasta uno que otro Gober faccioso, reduciendo a un factor moral individual la hermosa y compleja trama social en que vivimos.

No hay en el gobierno capacidad ni intención por comprender la situación, porque si hubiera capacidad se darían cuenta de tantos errores cometidos, tantas impunidades fomentadas, tanta responsabilidad no asumida. Y si hubiera intención comenzarían por limpiar la casa, devolver lo robado, aparecer lo perdido, no gastar lo que no les toca. Ante su incapacidad para entender la realidad terminan tomando medidas técnicas como el registro de los celulares, como si fueran las soluciones de fondo a los problemas. Y así queda la guerra contra el narco, como una simple medida técnica, el sacrificio personal e institucional del ejército mexicano está quedando en eso, en una medida técnica más de una clase política desinteresada e incapaz, apátrida, tan tecnócrata que sus altos mandos bien podrían estar en gobiernos de distinto color partidista.

Vaya al menos esta denuncia de mi parte. Yo no voy a la guerra, como cantaba Alberto Angel hace muchos años en el festival de la OTI 1972 representando a nuestro país, ciudadano del mundo yo soy, seguía diciendo la letra de Roberto Cantoral, que fue vetada por el dictador Francisco Franco y por supuesto no ganó.

Dos años más tarde, en 1974, Nidia Caro interpretaba la canción vencedora que decía: Hoy canto solamente por cantar, sin un motivo de preocupación, pues los problemas son de cada cual, y cada cual ya tiene su canción.
Yo, perdónenme, no voy a esta guerra absurda, porque no va más allá deuna medida técnica tan mal planeada y mal ejecutada como el registro de los celulares. Los políticos que nos gobiernan piensan que cada cual ya tiene su canción, y que todos debiéramos bailar al son que nos toquen, mal por ellos.


LA DEMOCRACIA IMAGINARIA

ÉRIKA SAID IZAGUIRRE

La democracia mexicana se desarrolló, así, en dos niveles:
uno fantástico, dibujado en hermosas normas y decretos,
y otro real, dominado por los gustos, obsesiones y manías
del presidente de la República y su camarilla

JORGE VOLPI, El Insomnio de Bolívar.


En mi país hay democracia
lo dicen los artículos en la constitución
ciento treinta y seis derechos que la revolución trajo.

Y en los años de escuela aprendí mis garantías individuales
entre princesas aztecas y serpientes emplumadas
descansé mi inocencia
en el regazo de la Madre Patria
y crecí / México creció
creció también la injusticia
fue creciendo el escándalo
y creció el cinismo.

A este crecimiento se le llamó progreso
a México se le nombró el huérfano prodigio
artesano de incendios y ratas y asesinos.

Un día la oligarquía se me enfrentó desnuda
ante mis ojos cayó el disfraz que la cubría
la máscara que escondía
su rostro cuasiforme

maquillado divinamente de tragedia televisiva
una rectitud ahogada
en la que sólo el ingenuo confía
(el ciudadano promedio de nuestro país)

Ya se esfumó la inocencia
-esa inocencia de niñaya
desplumé la serpiente viendo urnas quebrantadas
teatro de pesadillas que México escenifica
me quiere / no me quiere
va cayendo cada pluma
no me quiere / no me quiere
¿a esto le llaman amor?
nacionalismo hipócrita que despluma al desvalido
y convierte en santo al matón más fiero
Santo Señor de los Cielos
Santo Jesús Malverde

Supe que con dinero
danza el flaco perro
supe que con dinero
danza la democracia
como danzan las leyes -títeres de la muertesólo
el poder de unos cuantos
hace valer la justicia.

¿Qué hay de los otros cuantos?
(cien millones de pobres)
los desposeídos / los simples
hijos mortales de Tlaloc.

Para ellos rige otra
muy distinta democracia:
la resplandeciente / fugaz
democracia imaginaria.


Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje.
Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.

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