Un pasquín del Grupo La Resistencia 2012
Número 86 / 3 Ago 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Argentina Casanova, Ileana Garma .Mario Pineda . Adán Echeverría,
Joelia Dávila, Jesús Bartolo
Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mx
Felipe Gaytán
RESPECTO A LA MARCHA DE LAS PUTAS EN CHILPANCINGO
JORGE MANZANILLA
El pasado 29 de julio la voz femenina fue alzada en esta capital guerrerense y pues bien, como en casi todas las marchas que se han efectuado en el país, el poder de convocatoria traspasó todas las redes sociales. Desgraciadamente el periódico La Jornada de Guerrero tristemente anunció que sólo había 500 gargantas coreando No es No. Pero la realidad es que había más de 1200 gentes;
había diversidad como el grupo plural feminista al cual pertenece Muriel Salinas, además estaban diversos grupos indígenas; tampoco se puede olvidar el grupo Lésbico - Gay, estudiantes, psicólogos(as), algunos machines apoyando las causas de las féminas, y todos en algún momento exigían el derecho al respeto. Así como que se resuelvan diversos casos de violencia sexual.
Pero a todo esto me lleva a una reflexión: ¿En verdad en México han servido las marchas? Si hacemos un poco de memoria recordaremos algunas marchas que en su momento también hicieron ruido, de lo contrario pueden decirme: ¿Qué pasó con aquella marcha de la paz en el ángel de la independencia? Marchas ejidales, Marchas sobre los trabajadores de Luz y Fuerza, Marcha Gay, Marcha por los animales, etc. Parece ser que nuestra naturaleza es estar en alguna de estas, según sean nuestros intereses.
Sin embargo al pasar de los años me he dado cuenta que todas estar marchas no son más que un flash ciudadano en donde depositan todas sus inconformidades, al no haber un buzón de quejas, al no tener con quien acusar que nuestros políticos no trabajan. Esa es en fin la cuestión: que no existen mecanismos para demandar las ineptitudes, tranzas, desvíos, malos tratos de nuestros gobernantes, su mal desempeño en sus cargos. Nuestra ciudadanía de manera desesperada tapa calles, avenidas, casetas, carreteras y demás, todo sea para llamar la atención de aquel político y decirle de algún modo: ¡Hey, yo voté por ti ahora respóndeme como tal!
Lamentablemente el ciudadano de nuestro entorno cuando no marcha en apoyo de X o Y político, está en alguna marcha de protesta. A mi parecer las marchas ya se han convertido en una cotidianidad política-cultural. Las marchas se reducen a un grito que se lo lleva al aire. Creo que ha llegado el momento de implementar una nueva forma de exigencia para que aquel huevón o huevona al cargo responda.
POEMAS
XITLALITL RODRÍGUEZ MENDOZA
III
Soy nieta de Murka. Sobreviviente del sitio de Estalingrado. Madre de ocho gatos. O lo que es lo mismo: de ocho muertos. Llevaba información sobre posiciones enemigas a soldados rusos mientras estos vigilaban sus últimos minutos de vida al otro lado de la calle. 1942 fue un invierno duro. -¿Para qué son siete vidas sino para comer?-, decía la abuela. ¿Para qué es una vida? pienso tres generaciones después, husmeando entre nieve banderas rojas y cadáveres. La tierra humea tibia tras la batalla.
IV
Algunos gatos trabajan para ganarse la comida; un acto más bien de apariencias. Un performance. Después de todo no hace falta despojar de sentido al sacrificio. Los gatos, en Londres, cuidan museos durante lustros. [Mike llegó a servir 18 años]. Los gatos, en Londres, cuidan museos con una ayuda de seis peniques a la semana. Los gatos, en Londres, vienen de Egipto. Los gatos, en Londres, mueren en el metro, en los bares, en las calles y cárceles clandestinas del exilio.
V
"No llamen a ésta la gran matanza", dijo la tía Grise antes de morir. Este recuerdo me golpea como el coletazo de un atún de diez kilos. Mi tía Grise, sí que murió esa noche en la rue Sant-Séverin, a manos de furiosos impresores que guardaban rebeldías para luego prenderles fuego lejos, y un felino es un lugar lejano. Pero no fue ésa la gran matanza.
Veo con las siete vidas que observan por estos ojos, la tumba de Vallejo y busco la del Wilde con mi carta para Morrissey en el hocico. Por todas partes crecen lápidas menores.
Más allá Baudelaire, Tristan Tzara, Cortázar… tantos gatos muertos y la antigua tía Grise, la gata persa de la burguesía, la dueña de las mejores sobras; preocupada por despojar a la imprenta de su fama.
ESAÚ CITUK ANDUEZA
Cuando me conecto al Facebook veo que tengo varias etiquetas, la mayoría de ellas son invitaciones invitaciones a fiestas o reuniones. Veo cambios de estado, actualizaciones de muro, notificaciones, agrego a algún contacto que me envió la solicitud de amistad. Me parece irónico ver ese número de "amigos" que ha ido aumentando desde que abrí mi cuenta, hace ocho meses o más. Una o dos veces me di la tarea de buscar una persona en particular; realmente no pretendo llenarme de contactos. De hecho, no pensé que tuviera tantos contactos como ahora.
Para mí, con cien ya eran demasiados; ahora que es el doble me causa ironía ver que han ido llegando los contactos sin tener que buscarlos. También me he dado el lujo de negar admisiones, sobre todo a esos contactos que no necesito, que no me sirven o no quiero saber de ellos. Me parece ridículo ver en mi perfil a un costado donde dice "amigos" la cifra de doscientos y tantos. Creo que es una equivocación, una inexactitud. El hecho de tener a alguien agregado en el facebook no significa que sea mi amigo. Éstos llegan a la vida sin ser buscados ni esperados, en cualquier momento y así como llegan se van o permanecen. Decir que tengo doscientos amigos virtuales sería fingir que soy extremadamente popular, ya que a varios de ellos no los conozco en persona y no he cruzado palabra. Será acaso que esta es la nueva forma de amistad en el siglo XXI: no conocer la voz, la manera de ser, la complexión de la persona a quien se llama amigo. Sin embargo, reconozco que es un medio funcional para entablar nuevas relaciones y diferentes formas de comuni-cación. Una ocasión recuerdo haber agregado a alguien que solo he visto dos veces en persona, pero me agradan sus notas y me gustan sus escritos, no sé si llegaremos a ser "amigos" pero al menos, nos leeremos y estaremos en contacto.
Hace poco me sorprendió ver la invitación de amistad de mi amigo Gustavo. Por fin cedió, como yo. Cuando lo vi por última vez, hace como un mes, me decía palabras similares que yo usaba para no abrir mi cuenta. Ahora veo que él también cayó en la red. Me envió un mensaje: "saludos, probando esta cosa a ver qué sucede". Para mí, el Facebook es una herramienta, sirve para muchas cosas como perjudica para otras, y por supuesto, nunca sustituirá una relación en persona, una experiencia directa con los seres vivos. Antes de tener cuenta, tenía al facebook como un estorbo; no podía creer que la gente prefiriera estar frente a un monitor que pasar el tiempo con alguien de carne y hueso, o leer un libro o alguna actividad más provechosa.
Pensaba, y aún lo creo, que es absurdo estar subiendo fotos a cada rato o jugar en línea con otros contactos a través del Facebook. Cómo sólo es una herramienta le contesté a Gustavo que era un gusto verlo por aquellos círculos, y le dije algo que había escuchado: el Facebook como muchas otras cosas es lo que tú haces de él, disfrútalo. Espero que no le pase como a mí, se me ha vuelto vicio, pero es divertido, sobre todo cuando leo notas y artículos interesantes. Eso sí, mi prioridad es leer, mi familia y mis amigos. No sé cuándo volveré a ver a Gustavo, que bueno que tiene Facebook.
¿CUÁL ERA MI VOZ?
ILEANA GARMA
dulce de coco
agua de coco
manta de sombra para los enfermos de sol
¿será tan cierto?
aquella habitación
aquel patio
de puntillas en medio de la verdolaga fresca
y la danza de la luz
y la danza de la luz que invitaba
a viajar descalza sobre la tierra
ser descalza es lo mío
y tu voz abuela como una serpiente
de los corredores a las hojas del naranjo
cosa de locos comos los caballos
agua de jamaica
agua de tamarindo
¿serán tan ciertas?
tardes al salir del colegio
lagartijas
tardes al salir de mí
lagartijada
y la libreta de los dibujos en la mano
para pintar a la lombriz de tierra
al remolino de hojas
a la puerta oxidada
y el paso de los otros niños a sus puertas
junté un montoncito de tierra
¿será tan cierto?
(que mis manos fueron
pequeñas que abuela cantaba en una lengua)
incomprensible
el calor nos consoló a todos
lo mismo que la cocina
donde los días hervían
para dentro
Supongo que es verdad
mi sed me recuerda
al sol negro partiendo mis labios
al sol negro partiendo
a donde quiera que vaya
saldrá a recibirme el canto de mi abuela
como una serpiente
(de los corredores a los altos edificios (a las
avenidas))
y comprenderé su lengua
cosa de locos como los caballos
COLABOREN EN: palabrasgrietas@yahoo.com.mx
Poesía 1 cuartilla - Prosa 2 cuartillas
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