sábado, 3 de diciembre de 2011

Grietas 101















Florentino Fuentes

INCITAR A LA VIOLENCIA

ADÁN ECHEVERRÍA


¿Qué es incitar a la violencia, decir haz patria mata un diputado, o que los diputados ganen poco más de 100 mil pesos mensuales cuando el salario mínimo de los mexicanos ronda entre los 60 y 100 pesos al día (3000 pesos mensuales)? ¿Cuando la educación privada sobrepasa a las instituciones de educación pública, y las oportunidades de trabajo abundan para sueldos mal pagados, por contrato, ninguneando las prestaciones de ley? ¿Cuándo en un país productor de petróleo el precio de la gasolina no deja de aumentar, mientras que los diputados, gobernadores, secretarios de estado y achichicles no pagan esa gasolina con su salario, sino con el dinero que nos quitan a todos los demás vías impuestos?

¿Quién incita a la violencia? ¿Un presidente que robó las elecciones y que tiene atemorizada a la sociedad civil o unos chicos del twitter, que quieren decir lo que piensan, que están hartos de quedarse callados? ¿Quién incita a la violencia? ¿Los que roban las elecciones o los que anulan su voto o no asisten a votar? ¿Quién incita a la violencia los que esperan su sueldo colmados de esperanza o aquellos magistrados de la suprema corte de justicia sumidos en sus legajos al servicio del poder ejecutivo? ¿Quién incita a la violencia, los ciudadanos desarmados que se levantan temprano a la milpa, van a trabajar a la oficina, la fábrica, el taller, la empresa, el restaurante, la tienda de autoservicio o aquellos personajes que se hacen de la vista gorda y de dejan pasar las armas?

Si participáramos de un desarme en las oficinas de San Lázaro no dudo que encontraríamos un poco más de 100 armas. Ellos andan armados, ellos y sus guaruras, nosotros no. Cada que muera un civil, desarmado, en esta guerra contra el narco que la partidocracia toda, se inventó, yo desearé con todo mi amor y mi esperanza que mueran diputados y sus familias. ¡Siempre!



EL REALLITY

ARGENTINA CASANOVA

Hace tiempo nos incendiaron la calle. Primero fue la casa de enfrente. Fue justo después de que apareciera colgado en el puente, el "nini" de la familia. A la madre la encontraron con dos kilos de mota, y al hijo menor al que apodaban "el ponchis", a ése, un día nomás se lo llevaron y no volvimos a saber de él. La gente no dijo nada. Entonces creíamos que los culpables eran ellos, los vecinos de enfrente.

Al principio yo ponía rayitas en las paredes de casa por cada muerto que aparecía en las noticias. Después las pinté en el muro de la sala, luego en la cocina y… cuando llegaron los encapuchados vestidos de militares ya no había espacio para poner a mi hermano.

Lo recuerdo bien, fue el mismo día que se cayó una avioneta con el secretario de apellido extranjero. Todos decían que había sido un accidente, pero yo, -días después- a él lo soñé mirando desde lo alto de un edificio los pedazos de la nave. Él no daba crédito, confundido aún, no entendía que estaba muerto. Apenas se dio cuenta que de mi presencia, quiso hablarme. Lo oí decir que tenía un mensaje para su familia, yo hice como que no lo escuchaba o no comprendía, y lo dejé hablando solo. Igual que mis vecinos, igual que mi madre después de que se llevaron a mi hermano. La calle, poco a poco se fue vaciando. Al final todo era un montazal, la gente -si es que lo era- parecían fantasmas deambulando de un lado a otro. Las pocas familias que pudieron, subieron todo lo que poseían a una troquita y se echaron pal sur, ahí donde a la gente no la mataban, pero terminaba suicidándose de hastío.

A Lupita, mi novia, la última vez que la vi nos despedimos con un beso en la mejilla. Al día siguiente un periódico publicó que habían encontrado a una mujer de la calle, los policías dijeron que era una puta, que traía minifalda, que para qué andaba por esas calles oscuras, de noche. Con el tiempo su nombre solo era uno más de la lista de mujeres, de todas las mujeres asesinadas en el barrio… en la ciudad… en la tierra. ¿La culpa? Yo sé que la tenían todos, los que estuvieron antes y los que llegaron después y no pudieron, pero también la teníamos los que nos habíamos quedado callados, nuestros padres que no pelearon con los estudiantes en las calles, nuestros maestros que se burocratizaron y dejaron de enseñar verdades

Yo, decidí escribirlo todo; para que alguien algún día supiera que no era verdad lo que se decía de nuestra tierra, que no creyeran lo que les contaban en discursos oficiales, que no se volvieran a quedar solos. Pero de los que quedaron vivos, nadie quería saber. Preferían ignorarlo todo, hacer de cuenta que no estaban ahí, todos esos colgados y descabezados, todas esas masacres masivas. Que no era cierto que esta era una tierra donde cada familia tenía un fantasma, un desaparecido. Que era un país incompleto de tanta gente que se había ido. Y que esta era mi historia, por eso vine aquí a contarla Señorita Laura.


ANGUSTIAS DANZANDO EN LA INFANCIA

ZITA NORIEGA


Llovía polvo

sobre un cerro herido de infamias,

desafiando a los hijos del espanto.

Tanto óxido en el umbral del sueño

desgaja con puñales de acero y odio

el diccionario de mil y una infancias.

Tartamudean los oráculos,

al crepúsculo le han robado los colores.

Otra estafa, dos frustraciones,

tres pueblos ensangrentados,

las peonías abatidas de lamentos.


La desmesura del miedo

danza con los silencios mutilados,

cuatro piedras inútiles,

cinco angustias irracionales,

seis mil llagas debajo de las crines.

Llovía negrura

sobre una muñeca de esperanzas plisadas

que se preguntaba,

enferma de deseos,

quién podría hilvanarle las alas.



ETERNOS INCONFORMES

LENYS C. HERNÁNDEZ PURROY


Puedo entender

que la delación de nuestros tormentos

muriese desoída en la gruta

de los bandidos y el burgués.

Más ahora no entiendo

la contradicción de la voz

en un fragmento del pueblo

que elogia el dominio y las cadenas

aunque sufra encorvado

el peso de su cruz.

Simplismo vergonzoso que mancilla

a quienes preñaron con su sangre

los sueños de libertad.

¡Yo no entiendo tanta mierda!

Como perros hambrientos

suplican limosnas e imploran profetas

se niegan al cambio sedicioso

que remueva de sus hombros

los trozos derramados

de sus pensamientos esclavos.

¿Será que es mejor

vivir contentos con el Gendarme del mundo

aunque no se tenga dignidad?

Solo sé que en algún lugar

los eternos inconformes

están gestando una fiesta de humanidad

para los olvidados del mundo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario