Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 51 / 2 Mar 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa
Argentina Casanova . Ileana Garma, Mario Pineda.
Adán Echeverría
Argentina Casanova . Ileana Garma, Mario Pineda.
Adán Echeverría
Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mxLigia Chan Brito
8 DE MARZO, EL QUE SÍ SE OLVIDA
JOELIA DÁVILA
GOTERAS
JESÚS BALDOVINOS ROMERO
para que le digan sí
o toda una gama incontable de tristes respuestas
Sobrevivo
y ese monstruo al que cuidadosamente he criado
ahora lucha por doblegarme
a mí que he sabido caminar sobre abiertos tigres
que me estropean el corazón mientras desayuno
No preguntes
Ese monstruo se pone mi rostro
mis viejos pantalones
JOELIA DÁVILA
Al motivo del festejo de este día no le alcanza un desayuno institucional y una rifa de regalos a las presentes. Al motivo de celebración de este día le sobran brazos pero le faltan voces. Al motivo de las ceremonias y felicitaciones de este día le ponen moño, vestido y le dan un ramo de rosas, pero lo dejan olvidado en el sucio aparador de la indiferencia colectiva al día siguiente. Seguramente a lo largo del día las mujeres recibiremos correos, tarjetas, llamadas, arreglos florales y cuanto detalle sea posible con la frase "feliz día de la mujer". Pero ¿en qué consiste celebrar este día? El origen de esta celebración dista
mucho de hacer fiesta, recibir regalos y comer pastel. Nada tiene qué ver con un feliz día, al menos no todavía. Las mujeres que desde el siglo pasado lucharon por sus derechos, por los nuestros, dieron su vida por lograrlo. Desde el tiempo de los griegos y, un poco más cerca, 1911, 1914, 1957 y hasta ahora en pleno 2010 la mujer que ha luchado por su derecho a la vida, a la libertad, a la salud, educación y decisión sobre sí misma, ha sido considerada transgresora, irreverente y feminista peligrosa. Las mujeres que protestaron por las malas condiciones de trabajo y falta de derechos en Nueva York lucharon con hambre y perdieron la vida. Las rusas que se fueron a huelga en la Primera Guerra Mundial buscando la paz, las alemanas que consiguieron el derecho al voto, a los cargos públicos, al trabajo, a la educación profesional y a la no discriminación laboral, las mujeres que corrieron con carabinas algunas detrás de sus revolucionarios y otras guiando guerrillas, defendiendo sus tierras.
A esas mujeres no les es suficiente un discurso presidencial para sentir que, desde donde estén, su lucha rindió frutos. La realidad es otra. En pleno siglo 21 la mujer sigue teniendo que pelear por lo que le pertenece por simple existencia. Y sin irnos lejos, hoy en este país y en este estado (Baja California), la mujer no cuenta con el básico derecho de decidir sobre su propio cuerpo ya que hay alguien más llamado Congreso del Estado (hogar de individuos que decretan en base a sus propios dogmas) que decidió que el cuerpo de la mujer es únicamente un estuche de vida, una incubadora, un depósito de fertilidad que no puede más que callar y aceptar lo que es moralmente correcto según las caretas de los que, después de todo, las abusan, las violan, las encarcelan. Y esto sucede en otros 16 estados de la república. ¿Casualidad? No creo, 17 estados es lo que se necesita para que una ley estatal pase a formar parte de la constitución. Las mujeres ahora, por ley, pueden ser perseguidas, juzgadas y encarceladas si acaso deciden salvar su vida antes que la de un hijo desahuciado o simplemente por sufrir aborto accidental.
En pleno sigo 21, en este estado y en la mayoría del país, la mujer que decide vivir su vida junto a otra tiene que hacerlo a escondidas, como si viviera una doble vida, renunciando a lo que más se añora: la libertad. En estos tiempos, esa mujer no puede firmar papeles junto a su pareja, disfrutar de los beneficios del seguro social ni las prestaciones como cónyuge a pesar de pagar los mismos impuestos que todas. No puede obtener ni otorgar los derechos de maternidad sobre los hijos que cría junto a su pareja a pesar de haber procreado o desear adoptarlos libre y responsablemente, más aún, sabiendo el tamaño de mundo contra el que se enfrentaría.
En pleno siglo 21, las indígenas y migrantes que llegan a Baja California siguen siendo discriminadas. Las niñas siguen siendo violadas y las madres obligadas a callar. Las mujeres mayores siguen sin prestaciones de jubilación. Las sexoservidoras siguen sufriendo discriminación, violaciones, agravios y se les considera sin derechos, ya no ciudadanos, a veces ni humanos.
El gobierno, las instituciones y los legisladores siguen festejando, ondeando banderas, dando discursos, invitando a conferencias, regalando flores y haciendo eventos multiculturales para celebrar a unas cuantas mujeres necesitadas, atraídas con canastas básicas para la fotografía del diario local. Recetan placebos, se enrollan en la bandera del mexicanismo, del patriotismo y del feminismo institucional vendido que sirve para transmitir por televisión las pseudo buenas intenciones de los partidos políticos con su publicidad de igualdad de género y con los informes de gobierno llenos de cifras disfrazadas.
Pero el verdadero problema sigue siendo aquel viejo motivo que ahora se pierde en el silencio de la indiferencia y en las mudas bocas de las mujeres muertas en nombre de la libertad. En las mudas bocas de las mujeres que hacen callar los asesinos de vidas y de ideas. El día de la mujer es para recordarnos que no debemos dormirnos en los laureles de otros, que nadie va a pelear por lo que nos pertenece, que nuestro cuerpo es nuestro y sólo nuestro, que nuestras ideas son únicas y tienen voz propia, que nuestra inteligencia avanza hasta donde nosotras mismas la dejemos.
Este día no es para recibir regalos, flores ni felicitaciones, sino para comprometernos una vez más con nuestra condición de seres individuales pensantes y actuantes, más allá de lo que tenemos debajo del ombligo.
En pleno sigo 21, en este estado y en la mayoría del país, la mujer que decide vivir su vida junto a otra tiene que hacerlo a escondidas, como si viviera una doble vida, renunciando a lo que más se añora: la libertad. En estos tiempos, esa mujer no puede firmar papeles junto a su pareja, disfrutar de los beneficios del seguro social ni las prestaciones como cónyuge a pesar de pagar los mismos impuestos que todas. No puede obtener ni otorgar los derechos de maternidad sobre los hijos que cría junto a su pareja a pesar de haber procreado o desear adoptarlos libre y responsablemente, más aún, sabiendo el tamaño de mundo contra el que se enfrentaría.
En pleno siglo 21, las indígenas y migrantes que llegan a Baja California siguen siendo discriminadas. Las niñas siguen siendo violadas y las madres obligadas a callar. Las mujeres mayores siguen sin prestaciones de jubilación. Las sexoservidoras siguen sufriendo discriminación, violaciones, agravios y se les considera sin derechos, ya no ciudadanos, a veces ni humanos.
El gobierno, las instituciones y los legisladores siguen festejando, ondeando banderas, dando discursos, invitando a conferencias, regalando flores y haciendo eventos multiculturales para celebrar a unas cuantas mujeres necesitadas, atraídas con canastas básicas para la fotografía del diario local. Recetan placebos, se enrollan en la bandera del mexicanismo, del patriotismo y del feminismo institucional vendido que sirve para transmitir por televisión las pseudo buenas intenciones de los partidos políticos con su publicidad de igualdad de género y con los informes de gobierno llenos de cifras disfrazadas.
Pero el verdadero problema sigue siendo aquel viejo motivo que ahora se pierde en el silencio de la indiferencia y en las mudas bocas de las mujeres muertas en nombre de la libertad. En las mudas bocas de las mujeres que hacen callar los asesinos de vidas y de ideas. El día de la mujer es para recordarnos que no debemos dormirnos en los laureles de otros, que nadie va a pelear por lo que nos pertenece, que nuestro cuerpo es nuestro y sólo nuestro, que nuestras ideas son únicas y tienen voz propia, que nuestra inteligencia avanza hasta donde nosotras mismas la dejemos.
Este día no es para recibir regalos, flores ni felicitaciones, sino para comprometernos una vez más con nuestra condición de seres individuales pensantes y actuantes, más allá de lo que tenemos debajo del ombligo.
GOTERAS
JESÚS BALDOVINOS ROMERO
Y ahí va nuevo… cada vez que llueve es lo mismo, el agua se filtra y aparte de escuchar las corrientes que pasan veloces afuera, acá adentro se inunda todo. Y aunque todos nos quejamos nada podemos hacer… no hay uno solo que se salve, las pocas propiedades que poseemos quedan empapadas, y nosotros mismos, nos empapamos todos… las goteras caen en los rostros y en ocasiones ni nos dejan dormir… y luego, cuando la lluvia cesa, el sol aparece con tal fuerza que acá adentro es un horno, pero ese es uno de los males menores, aunque la humedad y el calor se vuelven inclementes… lo peor de las lluvias es que empieza a deshacer todo… y con quién nos podemos quejar o a dónde podríamos ir… qué pensarían cuando nos vieran, a nosotros, los muertos, reparar las goteras de nuestras casas…
CÍRCULO VICIOSO
MARCELO PÉREZ RODRÍGUEZ
que el ser humano despierta la vozCÍRCULO VICIOSO
MARCELO PÉREZ RODRÍGUEZ
"Es mujer, yo deseaba un varón", fue la primera expresión que escuchó al nacer. Después, vivió rechazos y marginaciones.
Fueron comunes en su infancia expresiones como "tú eres niña, ellos son hombres", "los hombres no lloran, las niñas sí", "juega con muñecas, deja el balón". Luego se fue acostumbrando, como mujer, a limpiar la mesa, poner lo platos, servir la comida, lavar los trastos y la ropa, aprender a cocinar y demás "responsabilidades" que le enseñaba su mamá.
La obstaculizaban para seguir estudiando. A duras penas aceptaron los padres que terminara el bachillerato, cuando el varón terminó la carrerea profesional. Luego accedieron a que ella asistiera a un curso secretarial. Esto sí es "una carrera para mujeres".
Terminó el curso, consiguió un pequeño trabajo y a sus 25 años de edad se sintió con libertad.
¡Soy libre!, dijo en sus adentros, ahora es el momento de "buscar a un hombre para cuidar, hacerle la comida, lavarle la ropa, arreglar la casa y que me quiera para poder ser feliz".
EL ÁNGEL EXTERMINADOR
ILEANA GARMA
Mira Presente
sobrevivo siendo una hija de la Chingada
He querido entender que no pensamos como videojuegos que no hay para las preguntas respuestas limitadas
Fueron comunes en su infancia expresiones como "tú eres niña, ellos son hombres", "los hombres no lloran, las niñas sí", "juega con muñecas, deja el balón". Luego se fue acostumbrando, como mujer, a limpiar la mesa, poner lo platos, servir la comida, lavar los trastos y la ropa, aprender a cocinar y demás "responsabilidades" que le enseñaba su mamá.
La obstaculizaban para seguir estudiando. A duras penas aceptaron los padres que terminara el bachillerato, cuando el varón terminó la carrerea profesional. Luego accedieron a que ella asistiera a un curso secretarial. Esto sí es "una carrera para mujeres".
Terminó el curso, consiguió un pequeño trabajo y a sus 25 años de edad se sintió con libertad.
¡Soy libre!, dijo en sus adentros, ahora es el momento de "buscar a un hombre para cuidar, hacerle la comida, lavarle la ropa, arreglar la casa y que me quiera para poder ser feliz".
EL ÁNGEL EXTERMINADOR
ILEANA GARMA
Mira Presente
sobrevivo siendo una hija de la Chingada
He querido entender que no pensamos como videojuegos que no hay para las preguntas respuestas limitadas
para que le digan sí
o toda una gama incontable de tristes respuestas
Sobrevivo
y ese monstruo al que cuidadosamente he criado
ahora lucha por doblegarme
a mí que he sabido caminar sobre abiertos tigres
que me estropean el corazón mientras desayuno
No preguntes
Ese monstruo se pone mi rostro
mis viejos pantalones
Yo en realidad estoy detrás
detrás de las viejas libretas
de los intentos de amanecer
de los libros mal leídos
Asustada todavía por los elevados puentes
y la noche.
Todavía intentando joder estos dientes de leche
Sobrevivo siendo una hija de la Chingada
me construyo casas con palabras filosas
y ese monstruo
está siempre ahí para ayudarme
aunque a veces no le quiera
también
es mi ángel.
Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje. Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.
detrás de las viejas libretas
de los intentos de amanecer
de los libros mal leídos
Asustada todavía por los elevados puentes
y la noche.
Todavía intentando joder estos dientes de leche
Sobrevivo siendo una hija de la Chingada
me construyo casas con palabras filosas
y ese monstruo
está siempre ahí para ayudarme
aunque a veces no le quiera
también
es mi ángel.
Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje. Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.