Un pasquín del Grupo
La Resistencia 2012
Número 49 / 23 Feb 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa . Bárbara
López León . Argentina Casanova . Ileana
Garma . Mario Pineda . Adán Echeverría
Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mxLigia Chan Brito
POESÍA Y MUJER
ANA PATRICIA MOYA
La literatura no es machista: el mundo de la literatura, sí. Bien sabe que su historia ha sido escrita por ambos sexos, pero la visión masculina predominante distorsiona la realidad y coloca a la mujer en un segundo plano. Ya desde nuestros primeros años en centros educativos nos muestran épocas, estilos y escritores, y referencias tímidas a algunas escritoras notables.
En lo personal, sumando mis años de colegio e instituto, habré recibido conocimiento anecdótico de treinta mujeres destacables y habré estudiado profundamente a ocho. ¿Exageración? Ninguna: los libros de texto son testigos de un aprendizaje forzoso de literatos. Y menos mal que mi curiosidad natural me empujó a investigar, por mi cuenta, otras mujeres que pasaban desapercibidas en mis apuntes pero de gran peso en la evolución de esa literatura del pasado.
Centrándonos en lo contemporáneo, mi perspectiva sigue siendo pesimista: es innegable que, en la actualidad, a pesar de los múltiples esfuerzos por ofrecer una merecida oportunidad a la literatura femenina (casos de editoriales independientes que dan voz a la poesía de jóvenes féminas, otras que se especializan en publicar colecciones con títulos de mujeres, o el significativo desarrollo de proyectos antológicos con únicas protagonistas), seguimos estancados. Yo, en los catálogos editoriales, sigo observando la evidencia muchos escritores, pocas escritoras. Ser mujer en el mundo de la literatura no es un privilegio: es una carga, y es triste que en pleno siglo XXI nada haya cambiado. Las circunstancias adversas que experimentamos tan sólo por nacer mujeres se complican en la cultura actual del poder de la imagen y la excesiva valoración del objeto: la mujer "perfecta" como reclamo. Un autor joven puede mostrarse desaliñado, da igual que lleve días sin afeitarse o se vista con lo primero que encuentre en su armario; la autora joven tiene que estar formalmente presentable - continuación de la idea de "mujer florero" - y si la genética le ha dotado de belleza y delgadez, mucho mejor. La poesía pasa a convertirse no sólo en producto u objeto - tarea esencial del marketing -, sino también pura apariencia: se valora lo externo, como reclamo para atraer, y para que negarlo, a lo editores, y lo interno, la esencia de la poesía, queda en un segundo plano. Se puede justificar en un panorama donde la poesía está maltrecha y han de existir estrategias para acercar a lectores, para que haya una subsistencia por parte de las empresas editoriales sean grandes, medianas e incluso algunas pequeñas (la poesía no vende, la cultura siempre está en el último lugar). La mujer poeta madura es respetada: tendrán que pasar años para que una mujer normal - de constitución, de edad - tenga el reconocimiento merecido. Con estas palabras no pretendo desacreditar a las poetisas que, aparte de escribir bien, son atractivas, porque las virtudes hay que reconocerlas siempre: lo que quiero asegurar es que éstas lo tienen un poco más fácil en el mundillo. Sí, he dicho mundillo de la literatura, que no literatura: hay que vender mercancías con páginas, y sin duda, la chica que escribe poesía, es joven y hermosa tiene más posibilidades de "triunfar" (esto es engañoso, para explicarme mejor: para que le hagan un poco de caso dentro de este sector editorial) de cara al público. La literatura es otra cosa: se aleja de conceptos económicos y materiales, de la imagen superficial, de lo que le sobra a la poesía, que es la vanidad y la ambición. El banal mundillo de la literatura en manos de unos pocos presume de su inteligencia: para tener poder, hay que ser mediático (en especial, periódicos de gran tirada, o la televisión, gran reina del hogar y espejo de realidades distorsionadas) y eso conlleva a difusión inmediata (lo propio de la cultura de masas impuesta por esta sociedad). Una mujer joven y poeta, con el apoyo de todos estos mecanismos, tiene todas las cartas a su favor, y mucho más si está cercana al círculo de los miembros de una elite sociocultural; con independencia de la calidad literaria de la fémina en cuestión, me parece un poco denigrante que se explote algo que no tiene relación alguna con la poesía, porque la poesía no es una pasarela de modelos. Es un concepto demasiado profundo y abstracto como para reducirlo a vulgares poses con prendas de marca o muchos libros premiados y publicados o ser una mujer que corresponde al raquítico canon de belleza actual. No pretendo ofender a nadie, reitero: sólo reflexiono acerca de los peculiares caprichos de una poesía que es de todo menos poesía.
En lo personal, sumando mis años de colegio e instituto, habré recibido conocimiento anecdótico de treinta mujeres destacables y habré estudiado profundamente a ocho. ¿Exageración? Ninguna: los libros de texto son testigos de un aprendizaje forzoso de literatos. Y menos mal que mi curiosidad natural me empujó a investigar, por mi cuenta, otras mujeres que pasaban desapercibidas en mis apuntes pero de gran peso en la evolución de esa literatura del pasado.
Centrándonos en lo contemporáneo, mi perspectiva sigue siendo pesimista: es innegable que, en la actualidad, a pesar de los múltiples esfuerzos por ofrecer una merecida oportunidad a la literatura femenina (casos de editoriales independientes que dan voz a la poesía de jóvenes féminas, otras que se especializan en publicar colecciones con títulos de mujeres, o el significativo desarrollo de proyectos antológicos con únicas protagonistas), seguimos estancados. Yo, en los catálogos editoriales, sigo observando la evidencia muchos escritores, pocas escritoras. Ser mujer en el mundo de la literatura no es un privilegio: es una carga, y es triste que en pleno siglo XXI nada haya cambiado. Las circunstancias adversas que experimentamos tan sólo por nacer mujeres se complican en la cultura actual del poder de la imagen y la excesiva valoración del objeto: la mujer "perfecta" como reclamo. Un autor joven puede mostrarse desaliñado, da igual que lleve días sin afeitarse o se vista con lo primero que encuentre en su armario; la autora joven tiene que estar formalmente presentable - continuación de la idea de "mujer florero" - y si la genética le ha dotado de belleza y delgadez, mucho mejor. La poesía pasa a convertirse no sólo en producto u objeto - tarea esencial del marketing -, sino también pura apariencia: se valora lo externo, como reclamo para atraer, y para que negarlo, a lo editores, y lo interno, la esencia de la poesía, queda en un segundo plano. Se puede justificar en un panorama donde la poesía está maltrecha y han de existir estrategias para acercar a lectores, para que haya una subsistencia por parte de las empresas editoriales sean grandes, medianas e incluso algunas pequeñas (la poesía no vende, la cultura siempre está en el último lugar). La mujer poeta madura es respetada: tendrán que pasar años para que una mujer normal - de constitución, de edad - tenga el reconocimiento merecido. Con estas palabras no pretendo desacreditar a las poetisas que, aparte de escribir bien, son atractivas, porque las virtudes hay que reconocerlas siempre: lo que quiero asegurar es que éstas lo tienen un poco más fácil en el mundillo. Sí, he dicho mundillo de la literatura, que no literatura: hay que vender mercancías con páginas, y sin duda, la chica que escribe poesía, es joven y hermosa tiene más posibilidades de "triunfar" (esto es engañoso, para explicarme mejor: para que le hagan un poco de caso dentro de este sector editorial) de cara al público. La literatura es otra cosa: se aleja de conceptos económicos y materiales, de la imagen superficial, de lo que le sobra a la poesía, que es la vanidad y la ambición. El banal mundillo de la literatura en manos de unos pocos presume de su inteligencia: para tener poder, hay que ser mediático (en especial, periódicos de gran tirada, o la televisión, gran reina del hogar y espejo de realidades distorsionadas) y eso conlleva a difusión inmediata (lo propio de la cultura de masas impuesta por esta sociedad). Una mujer joven y poeta, con el apoyo de todos estos mecanismos, tiene todas las cartas a su favor, y mucho más si está cercana al círculo de los miembros de una elite sociocultural; con independencia de la calidad literaria de la fémina en cuestión, me parece un poco denigrante que se explote algo que no tiene relación alguna con la poesía, porque la poesía no es una pasarela de modelos. Es un concepto demasiado profundo y abstracto como para reducirlo a vulgares poses con prendas de marca o muchos libros premiados y publicados o ser una mujer que corresponde al raquítico canon de belleza actual. No pretendo ofender a nadie, reitero: sólo reflexiono acerca de los peculiares caprichos de una poesía que es de todo menos poesía.
POSTRADO
PEDRO JAIME DE ISLA MARTÍNEZ
El piso está siempre frío y el lugar oscuro. Apenas si escucho sus voces afuera. Están regateando por mí, como lo hicieron la primera vez junto a una seca noria hace más de sesenta años.
El dolor de mi espalda se mantiene incólume, avanza como un viejo escarabajo, a veces enterrado en la arena escondiendo sus movimientos, a veces dejando marcas ténues que guiarán a la serpiente hasta encontrarme.
Mis hermanos se volvieron esos escarabajos, todos más viejos que yo. La serpiente, mi serpiente, es la muerte.
A ratos alguno de los escarabajos entra, permanece junto a la puerta, se recuesta en un cómodo sillín que hace años usé con suntuosidad y sale a dar instrucciones que nunca dí.
Desde el sepelio de mi viejo es así; intuyeron las represalias que caerían sobre ellos, buscaron evitarlas, y a partir de ese día estoy postrado en esta tienda esperando la visita de la serpiente.
En realidad sí planeaba vengarme. Tras la muerte de nuestro padre ansié regresar a estas tierras para hacerlos pagar, aunque fuese tarde, todos mis sufrimientos como esclavo y preso, pero ellos desconfiaron de mis palabras.
De alguna forma intuyeron la verdad; se me adelantaron y su veneno me postró en este lecho hace casi veinte años.
Benjamín, quien pudo deshacer sus planes, es demasiado cobarde, como Efraín o Manasés. Rubén, en cambio, siempre tuvo un alma vieja y no podía esperar ningún gesto de autoridad de su boca o sus manos.
Faraón lo desconoce, pero mis hermanos hacen negocios usurpando mi palabra y sus órdenes.
Su codicia es tanta que, cuando yo falte, los egipcios nos expulsarán de estas tierras, a donde llegué a cambio de veinte piezas de plata.
Eso lo soñé, como tantas cosas que al final sucedieron, aunque nunca se los diré jamás.
TRAINSPOTTING VERSUS FUTURAMA
JOSÉ MANUEL VARA
Los estertores agonizantes de un fin de milenio patético
son retransmitidos vía cable a millones de humanos ciegos,
son tiempos benignos para charlatanes de feria,
sectarios, echadores de cartas, chamanes de saldo
y profetas de cartón-piedra.
Los viejos mitos reviven y en las iglesias
vuelven a repicar las campanas con renovada insistencia.
Se hacen procesiones multitudinarias
donde la gente se autolesiona la espalda por amor a dios...
...han hecho su promesa.
La televisión está enferma: propaga un cáncer catódico
para cientos de miles de mutantes alienados,
descerebrados,
adictos a las drogas de diseño, al estrés y a las compras a crédito.
Hemos hipotecado el alma
al demonio del consumismo,
y aún hay quien se dedica a descifrar cabalísticamente
la cifra que identifica al Anticristo...
...un viejo borracho lo gritaba con desesperación en un bar:
¡no lo véis... lo tenéis delante, Satanás es el puto dinero,
el puto y jodido dinero!
(de pronto se produce el zapping)
Ella mira a su amante que manipula distraídamente
el mando a distancia...
...en el fondo sabe que el Amor acaba de morir.
Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje.
Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.
A ratos alguno de los escarabajos entra, permanece junto a la puerta, se recuesta en un cómodo sillín que hace años usé con suntuosidad y sale a dar instrucciones que nunca dí.
Desde el sepelio de mi viejo es así; intuyeron las represalias que caerían sobre ellos, buscaron evitarlas, y a partir de ese día estoy postrado en esta tienda esperando la visita de la serpiente.
En realidad sí planeaba vengarme. Tras la muerte de nuestro padre ansié regresar a estas tierras para hacerlos pagar, aunque fuese tarde, todos mis sufrimientos como esclavo y preso, pero ellos desconfiaron de mis palabras.
De alguna forma intuyeron la verdad; se me adelantaron y su veneno me postró en este lecho hace casi veinte años.
Benjamín, quien pudo deshacer sus planes, es demasiado cobarde, como Efraín o Manasés. Rubén, en cambio, siempre tuvo un alma vieja y no podía esperar ningún gesto de autoridad de su boca o sus manos.
Faraón lo desconoce, pero mis hermanos hacen negocios usurpando mi palabra y sus órdenes.
Su codicia es tanta que, cuando yo falte, los egipcios nos expulsarán de estas tierras, a donde llegué a cambio de veinte piezas de plata.
Eso lo soñé, como tantas cosas que al final sucedieron, aunque nunca se los diré jamás.
TRAINSPOTTING VERSUS FUTURAMA
JOSÉ MANUEL VARA
Los estertores agonizantes de un fin de milenio patético
son retransmitidos vía cable a millones de humanos ciegos,
son tiempos benignos para charlatanes de feria,
sectarios, echadores de cartas, chamanes de saldo
y profetas de cartón-piedra.
Los viejos mitos reviven y en las iglesias
vuelven a repicar las campanas con renovada insistencia.
Se hacen procesiones multitudinarias
donde la gente se autolesiona la espalda por amor a dios...
...han hecho su promesa.
La televisión está enferma: propaga un cáncer catódico
para cientos de miles de mutantes alienados,
descerebrados,
adictos a las drogas de diseño, al estrés y a las compras a crédito.
Hemos hipotecado el alma
al demonio del consumismo,
y aún hay quien se dedica a descifrar cabalísticamente
la cifra que identifica al Anticristo...
...un viejo borracho lo gritaba con desesperación en un bar:
¡no lo véis... lo tenéis delante, Satanás es el puto dinero,
el puto y jodido dinero!
(de pronto se produce el zapping)
Ella mira a su amante que manipula distraídamente
el mando a distancia...
...en el fondo sabe que el Amor acaba de morir.
Esta es una publicación de la Catarsis Literaria El Drenaje.
Si algo aparece publicado acá, seguro es que coincidimos en ideas.
te felicito jorge manzanilla, excelente trabajo
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