domingo, 4 de diciembre de 2011

Grietas 109










Jesús Piña



LA RAÍZ DE TODOS LOS ODIOS

ADÁN ECHEVERRÍA


Es un calor enorme el que va creciendo. Uno sufre asaltos y malos tratos en cada esquina. Apenas te alejas de tu familia, temes por ellos. No sabes si te detendrá un retén, si volarán el metro, si estarás en el banco cuando lo asalten. No quieres dejar tu casa cando llega el huracán, porque temes la rapiña, y si te quedas, tienes que soportar el maltrato de servidores públicos de alto rango, y de los soldados, esos seres tan faltos de humanidad, esos que son cúspide del rencor social. El odio apareció una mañana en el fondo de mis ojos. Lo noté al mirar detenidamente en el espejo. Ahí estaba, al principio como una pequeña motita violeta, y poco a poco ha ido creciendo. Ahora cuelga de mi rostro como una gran lágrima de ácido, gotea y va quemándolo todo. Cuelga como una barba desarreglada, como una lengua febril de animal.

Gira y salpica hacia todos lados. Mi odio, mi querido odio, tan mío, tan mío, que me hace sentir emoción y tranquilidad. Te miro y se que puedo vencerte. Tengo ganas de morderte y arrancarte pedazos de carne de la cara. No te acerques. Se que en cualquier momento el estallido llegará. Y será mejor que disparen bien y que me maten. No creo en las balas de plata. Creo en la inmortalidad. Soy inmortal. Ponme a prueba. Creo en la palabra como en el único dios vivo. Ese que nos hace resucitar y sentirnos milagrosos Hay de aquellas que lastiman a los míos. El miedo crecerá sus garras y todos quedaremos apresados.

Tengan cuidado. Los miro, los voy mirando. Jamás podrán esconderse de mi, de nosotros, de todos los mi que somos todos juntos. En una sola garganta. Ya son mas de 50 mil muertos, y siguen riendo de nosotros, aprobando sumas estratosféricas para sus campañas políticas. Santiago será el primero, mejor desiste Santiaguito, no tal vez sea Enrique, o Andrés, todos al mismo tiempo. Esta vez si serás secuestrado no más farsas. Cuida a tus hijos, sabes bien donde están. Tienen que detener la guerra antes que la guerra los alcance.



CUANDO PIENSO EN TI

JORGE CONTRERAS HERRERA

Cuando pienso en ti, estalla una burbuja de colibríes en mi respiración galaxia emplumada de tornasol y sonrisa. Eres toda babel y cualquier lengua, viva o muerta habla de tus ojos y de esa intensidad de libélula: férvida mirada en el cáliz de luna creciente. Eres volátil y no pongo en duda tu maestría para caminar sobre el agua. Eres tú quien espolvorea de magia las alas de los ángeles, para volar y volver a las alturas de infinitos cielos. Tú me nutres de magia y por ti es que soy generoso. Tu piel es más fina que el aliento de una plegaria y tu garbo, portento de dragona de corazón incendiado. Cuando caminas, las piedras se erigen y se rinden ante el polvo de tus pasos. Y si me pusiera a hablar de tu ternura, corro el riesgo de derramarme en suspiros y desaparecer; pero puedo decir que sientes y vives la médula de cada palabra y te estremece el alma, que desde dentro de ti surge una claridad que eriza cada vello de tu cuerpo y los ojos se te endiosan como dos mandalas en donde Shiva y Agni ofician ceremonias y es así que los ritos florecen en sentido.

Y tus labios: mineral fundido se enrojecen en el crisol de una profecía milenaria; es entonces cuando la tierra tiembla sus poemas, y no es otra cosa que el paso que se abren los colibríes de día, para tiritar por ti toda la noche.

Eres misteriosa, casi innombrable, pues tu nombre se pronuncia con el corazón limpio, porque al nombrarte, invariablemente surgirán flores espléndidas cargadas de sueños.

Eres una niña de mil eternidades y sabes poner a tus pies al sol y a la luna, no para jugar, sino para cuidarlos. Eres mi templo, mi oriente y occidente, mi norte y sur, mi cenit y nadir. Y todas las lenguas de Babel las vivas y muertas lenguas de Babel, no alcanzan para expresar todo lo que sucede en mí, cuando pienso en ti.


A LA CAZA

JOSÉ MANUEL ORTIZ SOTO


La mirada abyecta de la diosa va de su cuerpo desnudo a las ninfas silenciosas, y de éstas al altivo cazador que, poco a poco, toma la forma de su última presa. Ahora un ciervo escurridizo, Acteón se pierde en la espesura del bosque sagrado. Ladrando al frente de la jauría de furiosos lebreles, Diana va tras él.


DESVÍO

ZITA NORIEGA


Se desvían las virtudes

con la cercanía del vicio.

Se rompen tradiciones

con lo trivial y mundano.

Se pierde el romance

con el sexo bruto.

Se olvida la idea

de construir un nuevo mundo.


ROMEO Y JULIETA

JOSÉ MANUEL ORTIZ SOTO


El libro fue a estrellarse contra el cristal de la ventana, que aguantó firme el impacto. Cuando el tintinar de vidrios rotos no fue más que un temor sin fundamento, el bibliotecario abandonó su sitio en el sillón y contempló satisfecho su obra.

-No siempre se tiene tan grande honor –levantó del suelo el viejo libro a medio despastar-: ser un par de moscas cogiendo en la ventana y morir aplastadas por la pasión de William Shakespeare.


CANTO HACIA EL ORIGEN

(Fragmento)

JUDITH SANTOPIETRO


IV

Alisto mis cuencos para beber la lluvia de los días

y en un sorbo

la amargura de la gente

del mundo

es la grieta azul de mis ojos a la nuca

Abro mis labios

ante la injusticia diaria

y mi corazón bordado de lana no posee la sonrisa del latido rojo

mi caracol de palabra primigenia suena a un eco distinto, de ladridos y gritos

el barro de esas luchas se esparce en las calles que andamos

igual que un polvo del pasado.

V

De mi casa antigua, donde habité la piel de leopardo,

de las ensoñaciones que venían cuarteadas por el caparazón de la tortuga madre,

una mujer se duerme en la vertiente de su sangre

y la primera intuición hace de sus ojos dos profundidades nocturnas,

al filo de esos destellos negros

la piel,

de tigre como de estrellas un manto luminoso,

y el entrecejo de plumas como el follaje nocturno de los árboles.




No hay comentarios:

Publicar un comentario