Un pasquín del Grupo La Resistencia 2012
Número 88 / 17 Ago 2011
En la edición: Denisse Sánchez Erosa .
Argentina Casanova . Ileana Garma
Mario Pineda . Adán Echeverría .
Joelia Dávila . Jesús Bartolo
Dirección: Jorge Manzanilla
palabrasgrietas@yahoo.com.mx
Miguel Jesús Escalona
FRENÉTICA
RUI CAVERTA
Frenética. Debe ser como la describiría cualquier persona que la viera correr de esa manera, como una poseída. Pero no podía evitarlo. Su vida misma dependía de su rápida marcha. De otra manera, la atraparía el horror que venía siguiendo sus pasos. Aprovechando la fuerza de su carrera, tiró unos cuantos objetos al suelo para que fueran obstáculos.
Saltando y acortando la distancia entre ellos, El Horror no descansaría hasta que estuviera entre sus brazos. Lanzó una carcajada siniestra al aire y aceleró su marcha. Ya la podía sentir entre sus brazos. Apretaría con tanta fuerza esos pequeños miembros que estallarían en una inusitada fiesta de sangre en su cara.
Busca nuevas salidas. Abre puertas. Escala para llegar a nuevos lugares a los que nunca pensó llegar con sus débiles manos. Huirá de la misma humanidad si es necesario. No debe, se repite, no debe ser atrapada por ese monstruo de horrenda cara y siniestro cuerpo brillante.
Primero muerta. No, La muerte será cuando caiga en las garras de la criatura. Un solo pensamiento surge en su mente: Corre. Cierra los ojos y hace caso de la auto impuesta orden. Tonto. Falló. La tenía tan cerca de sus brazos y ella se esfumó de nuevo, tan rápido. Medita. Es más fuerte. No podrá resistir la carrera mucho tiempo. Guarda la sonrisa que ha esbozado y reanuda la persecución. El tiempo regalará sus minutos cuando la atrape. Ahí podrá sonreír. Cuando ya la tenga convulsionada en sus brazos.
El abrazo mortal se ha presentado para ella. Atrapada. No espera a sentir el crujir de sus huesos por la fuerza descargada sobre su cuerpo. Sabe su fin. En sus ojos puede ver el reflejo de su cadáver verdoso, abandonado en cualquier riachuelo; cubierto de sangre que tanto temió.
Desencaja sus ojos para dejar escapar la vida no arrebatada aún por el ser sin nombre que la estruja. Perdió. Muere.
Paso sin salud las estaciones,
sus días son huelga de animo
animo en huelga a desanimo
Soy esquivo al fruto fresco
a la lluvia suicida y
caigo en plano cerrado a dos paginas
Blanco fondo, símbolos negros,
gris encuentro a un nacimiento de colores y
cae mi lluvia, los frutos, lo único verdadero
Cada quien desploma la muerte a su manera
Cae en cámara lenta un nombre en forma de lluvia
se han salpicado los apellidos de la noche –dice un búho
- Por mi que se muera y se ahoguen todos los silencios
Que alguien me traiga la barba de las nubes
y me la ponga en la espalda.
Que alguien descienda a ese ritmo ciego de la medusa
ya no quiero llorar, esta paz me agobia los tímpanos.
El ojo cambia y se diseca,
el brazo, no es más que una vara telúrica
No hay piernas cuando se aprende a leer el olvido
Eso no lo dice el búho
Él siempre se planta en el cliché de la noche.
La realidad es que usa las plumas en un bosque de pretextos.
/nunca aprenderá a dar los buenos días
La lluvia cesa y se desploman paredes
Smog, estrés, trifulca, pederastia
cal arena y cemento
¡Ni un paso más!
El piso está húmedo de los actos democráticos.
(El gato aulló a mitad del poema)
Ese tal toño no sabe mucho de albañilería.
Traigan al chalán de la partidocracia
vayamos a misa de las doce y quememos el génesis
-Así evitaremos el apocalipsis-
Es cierto, cada quien desploma la muerte a su manera.
Sino pregúntenle a ese desamoroso de conversaciones torpes
Hay días que cambiamos rutina por agobio
existencia, anestesia, paciencia
ESTE CUERPO ESTA TRAZADO
POLA ARRIAGADA ROSALES
por caminos que las horas llevan
con la señalética en el borde de las curvas
Cruzan puentes los habitáculos de caricias
mientras el agua crispada fluye lavando caras
A ésta plaza vienen con acertijos
el pecho, las piernas, la espalda
iluminados por faroles
que tu voz inflamada exuda
Corren niños en las sienes
torciendo los árboles de la trensa
oscuramente libre baten las alas
a la mujer que los sueña
Este cuerpo es terruño
figura del costado, pie , mano, costilla
piel suya que quiere roce
Ella toda sonido
toda huella, toda tierna
donde también quiltros han dormido
dejando grafitis en las puertas
Esta tierra es viento, mejilla
toda la lluvia cuando florece
en techos, bancos
en la falda que la mano tiritando mojada levanta.
Es esquina esta tierra donde tus ojos chocan
fotografías al velo de tu lengua
alfabeto del diario que cubre
el recorrido en kilometros
por donde se empiza
"vayamos a misa de las doce y quememos el génesis
ResponderEliminar-Así evitaremos el apocalipsis-" Ojala y fuera tan fácil como ese acto bandálico, que profesas en esta lineas Jorge, pero algunos problemas, se tienen que arrancan de raíz como la hiedra,este mundo cada vez recuerda menos como eran los buenos tiempos si es que los hubo alguna vez... Alexander Tadeo Núñez.